Cientos de turistas realizan largas filas para obtener un boleto que les permita el ingreso a Machu Picchu; sin embargo, la espera puede ser agotadora y frustrante. Desde la Gerencia de Comercio Exterior, Turismo y Artesanía de Cusco, la informalidad genera el desorden y descontento de los visitantes, en tanto la Cámara de Comercio cree que aumentar el aforo solucionará el problema.
“Hay una cola desde las cinco de la mañana, para los turistas, para comprar la entrada. Lo más ridículo es que hay una persona atendiendo, me parece imposible que en Perú no haya dos personas que puedan atender a los turistas, gente que viene del otro lado del mundo que gasta dinero, que tiene que estar sentada en el piso, al frío”.
Este es el testimonio de Giusseppe Damiano, turista procedente de florida, Estados Unidos, que vivió en carne propia la agotadora espera por comprar uno de los mil boletos de venta presencial en Machupicchu Pueblo, que el Ministerio de Cultura oferta para el ingreso de visitantes a la ciudad de los incas.
Las largas filas se observan con mayor frecuencia desde el último 15 de octubre, fecha en la que el Ministerio de Cultura aplicó la reducción, de 5 600 a 4 500, el aforo de ingreso a Machu Picchu, como parte de un acuerdo que disponía el incremento solo en temporada alta.
Pero ¿por qué los turistas forman largas filas para comprar un boleto de ingreso a Machu Picchu?
Existen dos opciones para ingresar a Machu Picchu. La primera es comprar la entrada en el portal web tuboleto.cultura.pe, aquí se ofertan 3 500 boletos. La segunda es adquirir uno de los mil boletos restantes de forma presencial en la boletería administrada por la Dirección Desconcentrada de Cultura Cusco, en el mismo Machupicchu Pueblo.
Debido a la alta demanda, no todos los turistas pueden conseguir un boleto en el portal web para la fecha deseada, es así como muchos emprenden el viaje a Machu Picchu, aunque este sea incierto y no garantice obtener un boleto.
Si el turista logra adquirir el boleto, este será para ingresar un día después de la fecha de compra.
Para Saúl Caipani, gerente regional de Comercio Exterior, Turismo y Artesanía de cusco, operadores turísticos informales son los responsables de incentivar los viajes de turistas que no reservaron sus boletos con anticipación.
“Ya tenemos, es más, mapeado los puntos como son el aeropuerto, nuestra plaza de armas, Ollantaytambo, porque el turista ya llega a Machu Picchu, prácticamente, con el problema. Entonces, vamos a focalizar muy claramente el tema de la formalización y nosotros tenemos un compromiso en el cual es básicamente disminuir por lo menos en un 20 o 30 % al primer trimestre del 2025 el tema de la informalidad que se vive”, dijo.
Más de 2 millones de turistas
Por su parte, Michael Ugarte, presidente de la Cámara de Comercio y Turismo de Machu Picchu, atribuye la responsabilidad al Ministerio de Cultura por no propiciar espacios de diálogo que incentiven un flujo sostenible de turistas en la ciudad inca.
“Creemos que es importante que el ministro tenga ahora realmente la comunicación adecuada, porque yo estoy tratando de comunicarme con él desde hace más de dos meses, cuando él debería ser la persona que integre al sector, a los gremios, a las agrupaciones de Machu Picchu en el Cusco y digamos: 'hermanos, cómo trabajamos la agenda de Machu Picchu para el 2025, a ver qué acciones tomamos a diciembre'. Eso hace una persona que realmente tiene la convicción de solucionar problemas”, señaló.
Según la Gerencia Regional de Comercio Exterior y Turismo de Cusco, la región recibió más de 2 millones de turistas en lo que va de 2024 y se estima que el número irá en aumento. Bajo esta premisa, la Cámara de Comercio y Turismo de Machu Picchu apunta al incremento del aforo de 5 600 a 7 000 visitantes por día durante fechas de temporada alta, como una salida al problema de las largas filas.
Mientras no se encuentre una solución, los gremios turísticos piden a los visitantes hacer reservas anticipadas y contratar operadores formales para evitar las largas filas, la incomodidad y la informalidad que pueden convertir el viaje de ensueño a Machu Picchu en una pesadilla.
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