¿Sabías que existen límites legales de ruido y que podrías hacer valer tus derechos ante la municipalidad? Aquí te explicamos todo lo que necesitas saber si ya no soportas la bulla.
¿Te ha pasado que en horas de la noche tus vecinos hacen fiestas, ponen música a todo volumen o generan ruidos molestos que no te dejan descansar? Si tu respuesta es sí, no estás solo. Este es uno de los problemas más frecuentes que enfrentan quienes viven en edificios o condominios multifamiliares, y afecta a todo tipo de viviendas.
Muchos se preguntan: ¿qué dice la ley sobre esto? ¿Qué puedo hacer si mis vecinos hacen ruido excesivo? ¿A quién debo acudir para denunciar? Aquí te explicamos, paso a paso, qué normas regulan el ruido excesivo en el país, cómo puedes defender tu derecho al descanso y qué mecanismos legales existen para resolver esta situación.
El reglamento interno: la primera herramienta
En todo edificio o condominio formal existe un reglamento interno, aprobado por la junta de propietarios, que regula aspectos de la convivencia: uso de áreas comunes, tenencia de mascotas, realización de reuniones, horarios de silencio, entre otros.
"Es importante que los edificios sean formales y que uno busque la formalidad del edificio o condominio donde viva. Que tengan su junta de propietarios, que haya un presidente, y que haya un reglamento interno que prevea cómo va ser la convivencia en el edificio", explica Luis Francisco Paz, especialista en derecho inmobiliario.
¿Qué pasa si no se respeta el reglamento? Cuando el reglamento no se cumple, o el edificio no cuenta con uno, lo que corresponde en estos casos es recurrir a las ordenanzas municipales. Las municipalidades, precisamente, tienen la función de regular la convivencia vecinal, incluyendo los niveles máximos de ruido permitidos.
Sin embargo, es importante tener algo en cuenta: las ordenanzas municipales no están unificadas. De hecho, no solo cada municipalidad tiene su propia normativa, sino que esta varía considerablemente según la zonificación del área en la que nos encontremos. En función de esa zonificación, cada municipalidad distrital emite sus propias ordenanzas con parámetros específicos, como los sonoros y de buen vivir por ejemplo.
¿No respetan las ordenanzas municipales?
Si el vecino no respeta ni el reglamento interno, ni las ordenanzas municipales, y persiste en generar ruidos molestos, entonces no queda otra opción que recurrir a medidas legales, como ocurre con muchos problemas de convivencia. En este caso, lo adecuado es presentar una denuncia ante la municipalidad distrital correspondiente.
A partir de la denuncia, la municipalidad enviará a su personal de fiscalización, acompañado generalmente por serenazgo, para verificar los hechos. Si se comprueba que el ruido excede los límites permitidos, se levanta un acta con la medición de los decibeles y se inicia un procedimiento administrativo sancionador contra el infractor.
"Necesitamos que se haga la denuncia a la municipalidad, que no solo quede en constancia, sino también que luego se inicie el procedimiento administrativo sancionador, para que a los faltosos se les pueda acabar la gracia cuando reciban la notificación municipal. Se les impone una multa, que sería una primera medida coercitiva, que posiblemente sea suficiente para que cesen en su conducta", explica.
Ahora bien, si no cesan en su conducta, correspondería incluso presentar una denuncia ante la Defensoría del Pueblo, e incluso una denuncia penal. Recordemos que, si los ruidos son tan fuertes que causan daño o alteran la tranquilidad de ancianos o niños, la Fiscalía puede intervenir por contaminación sonora, conforme al Código Penal.
¿Está prohibido hacer fiestas en departamentos?
La respuesta es no. En este punto, el abogado hace referencia a la necesidad de compatibilizar los derechos. Señala que, si bien todos tenemos derecho a disfrutar de nuestra propiedad, o a ejercer nuestra posición en caso de ser inquilinos, dicho derecho no es absoluto. Debe ejercerse con respeto al entorno y al bienestar de los vecinos.
"Tú tienes derecho a ejercer, pero no puedes abusar de tu derecho. Utilízalo en armonía con las ordenanzas y con el reglamento interno. Si te mudas a un edificio donde no se permiten las mascotas, no vas a querer imponer tu voluntad y llevar un perrito sabiendo que, según el reglamento, no se permiten mascotas", epxlica Luis Francisco Paz.
Todos tenemos derecho a descansar en paz en nuestro hogar, y la ley lo respalda. Pero esto no se trata de prohibir reuniones, sino de garantizar una convivencia armónica y respetuosa. Si enfrentas este problema con frecuencia, no estás solo ni desamparado: existen normas claras y mecanismos efectivos para hacer valer tus derechos.
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