Los hijos de los padres que tengan esta enfermedad pueden tener una vida completamente sana.
Las personas portadoras del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) pueden tener hijos que no estén condenados a padecer esta enfermedad y con una vida sana, gracias al tratamiento antirretroviral de transmisión que es brindado actualmente —y de forma gratuita— en los hospitales del Ministerio de Salud (Minsa).
El jefe del Servicio de Infectología del hospital Arzobispo Loyza, Eduardo Matos Prado, asegura que este tratamiento se aplica a las gestantes durante el embarazo, el parto y el periodo de lactancia materna, tanto a la madre como al bebé. El tratamiento se inicia con la administración diaria de una pastilla de Zidovudina, a partir de la semana 14 de gestación.
El tratamiento, no obstante, puede iniciarse en cuanto se conozca que la madre gestante es positiva en este virus, con el propósito de reducir el riesgo de la transmisión de madre a hijo. “El embarazo sin transmisión de VIH de la madre al bebé es posible cuanto más pronto la gestante portadora inicia el tratamiento antirretroviral”, explicó Matos Prado en declaraciones a Andina y recomendó a las madres gestantes someterse a las pruebas de tamizaje de VIH, que se ofrecen gratuitamente en los hospitales del Minsa.
EL PARTO
En el caso de las madres portadoras del VIH, se realiza una cesárea especial que evitar el riesgo de transmisión del virus al bebé. En primer lugar, se retira el saco gestacional del abdomen de la mujer antes de cortar el cordón umbilical. Así se elimina cualquier posibilidad de contacto de la madre con el recién nacido.
“Se prefiere la cesárea porque, cuando el bebé sale por el canal vaginal, las secreciones maternas, el líquido de la sangre o el líquido meconial pueden tener todavía pequeñas cantidades de virus de VIH si es que no se ha controlado bien durante todo el proceso”, indicó.
En cuanto a la lactancia, las madres no pueden realizarla a penas nace el bebé, puesto que la leche podría contener pequeñas cantidades del virus. Para asegurarse de que la leche materna esté libre de VIH, se le administra a las madres unas pastillas que provocan que la leche se corte y no tenga posibilidad o el deseo de darle de lactar.
Es por ello que el Minsa le proporcionará a la madre leche maternizada, de manera gratuita y por más de un año, de modo que se asegure la salud del menor y se elimine el riesgo del contagio.
En el caso de los padres, quienes cuentan con el VIH y se someten a una terapia antiretroviral, no cuentan con el virus en el esperma. La tasa de transmisión de la madre al menor, de cumplir con todas estas medidas, es menor de 3%.
(Con información de Andina)
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