El mes pasado, el Poder Judicial ordenó la demolición del edificio que consta de siete plantas y que está ubicado a tan solo tres manzanas de la plaza mayor de Cusco. Además, se dispuso la posterior restitución de las cinco filas de andenes incaicos que se removieron para la obra.
La Corte Superior de Justicia de Cusco ratificó la sentencia que ordenó la demolición del hotel Sheraton, ubicado en la cuadra 6 de la calle Saphy, en el Centro Histórico de Cusco, y la posterior restitución de las cinco filas de andenes incaicos que se removieron para la construcción de la obra.
El pronunciamiento de la Sala se dio en respuesta a los escritos de aclaración presentados por el Procurador Público del Ministerio de Cultura, la Inmobiliaria R&G S.A.C y la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco, luego de que el mes pasado el magistrado dirimente Wilber Bustamante ordenada la demolición del eficio y que la ejecución de la sentencia esté a cargo de la Dirección Desconcentrada de Cultura.
El edificio, ubicado a tan solo tres manzanas de la plaza mayor de Cusco, consta de siete plantas cuando lo máximo permitido para la zona es de dos pisos, después de que en 2014 la inmobiliaria R & G tramitase de manera irregular unos permisos de obra para ampliar el proyecto que contravienen el plan maestro del centro histórico de Cusco.
Por ello, el Ministerio de Cultura sancionó el año pasado a la inmobiliaria con una multa de 7,5 millones de soles. De ellos, 4,2 millones de soles corresponden al daño provocado al patrimonio arqueológico nacional por la afectación a los andenes incas y 3,3 millones de soles por haber sobrepasado la altura permitida para las construcciones en esa zona.
La decisión judicial se tomó tras cuatro años de litigio por las irregularidades en la obra, que destruyó restos arqueológicos y rompió el perfil de la urbe declarada patrimonio de la humanidad.
El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) advirtió el año pasado que Cusco podía perder su calificación de patrimonio de la humanidad si no se demolían las cinco plantas que excedían el límite permitido.
Para el Icomos, la construcción ha violado todos los principios jurídicos y técnicos sobre intervenciones en un centro histórico tan valioso como el de Cusco, cuyos inmuebles aglutinan muchas veces estructuras incas con elementos coloniales.
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