La vocera de Biciñan, Xiomara Ramos, contó que tras el confinamiento y ante la negativa de las autoridades de apoyar su proyecto, tuvieron que iniciar acciones por su propia cuenta para implementar ciclovías improvisadas.
Al concluir la cuarentena, miles de vehículos regresaron a las calles dejando sin espacio a los ciclistas de Cusco, por ello el colectivo Biciñan, que agrupa a unos cincuenta ciclistas, intentaron construir ciclovías, con sus propios medios, para evitar accidentes.
Según el conteo de Biciñan al menos 1 500 personas utilizan bicicleta, en un solo día, en la Ciudad Imperial. El uso de este vehículo empezó a crecer desde que se dispuso la cuarentena, en marzo, debido al temor de la gente por contagiarse con la COVID-19 en transporte público.
Ramos contó que tras el confinamiento y ante la negativa de las autoridades de apoyar su proyecto, tuvieron que iniciar acciones por su propia cuenta para implementar unas ciclovías improvisadas.
Con rifas, colectas, donaciones y mucho ingenio, los ciclistas acondicionaron sus ciclovías con llantas y palos de madera para evitar invasiones y accidentes. Por ahora, solo les alcanza para implementar un tramo de seis cuadras en la avenida de La Cultura, en el distrito de Wanchaq, en Cusco.
Con 13 kilómetros de longitud, esta avenida es la más larga de la ciudad y la única que tiene ciclovías en los tramos de los distritos de San Sebastián y San Jerónimo, desde el 2009. En el resto de la vía, solo se observan cuatro carriles para vehículos motorizados.
Según datos de la Municipalidad Provincial, al concluir la cuarentena, más de 45 mil vehículos se volvieron a apoderar de las pistas, incluidas las improvisadas ciclovías. Esto generó protestas.
La estructura inca del centro de la ciudad no es apta para ciclovías por tener calles estrechas en algunos tramos. La regidora, Melina Farfán, dijo que ya iniciaron los trámites con ProMovilidad del Ministerio de Transportes para implementar un diseño adecuado.
Mientras el mundo se adapta a la nueva realidad, los integrantes de Biciñan hacen lo posible por garantizar la seguridad de los ciclistas. Ellos aún tienen la esperanza de que en la Ciudad Imperial también se respeten los derechos de los ciclistas y que más adelante puedan volver a montar su bici-bus de forma segura en las calles.
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