Sacerdote jesuita dedicó 40 años de su existencia a familias de la zona con el fin de darles una mejor calidad de vida. Fue impulsor de proyectos educativos, de la electrificación rural en estos pueblos y la evangelización a favor de los más necesitados
Hoy al medio día fue enterrado en el templo de Ccatca, provincia de Quispicanchi, Cusco el sacerdote jesuita José María García García, más conocido como el “Padre Chema”, en medio del dolor de cientos de comuneros.
José María García nació el 16 de diciembre de 1944 en Segovia (España). En 1964, a los 19 años de edad, ingresó a la Compañía de Jesús en el noviciado de Aranjuez. Estudió humanidades en Aranjuez y filosofía en Alcalá de Henares (1968-1969).
Llegó por primera vez a Perú en 1969 para realizar su etapa de magisterio en el Colegio de la Inmaculada donde fue profesor de religión y comunicación. Estudió Teología en la Universidad de Comillas (Madrid) y completó sus estudios en Lima.
Durante su larga estadía logró conocer a profundidad la realidad de los fieles de la zona rural; es así, que se fue involucrando tanto con sus hermanos del campo, que a partir de su experiencia de convivencia logró adoptar a la perfección el idioma del quechua, una gran fortaleza para proseguir con su trabajo de evangelización. Fruto de su trabajo pastoral editó el devocionario “Diospa llaqtanpi huñukusunchis” que contiene canciones y oraciones en quechua y que se ha constituido en un material imprescindible para la labor de los catequistas.
En 1995, se le encarga la gran responsabilidad de iniciar con “Fe y Alegría” en la zona rural, es así que se inmiscuye en tema de educación, dando origen al colegio de Andahuaylillas, constituyendo el PERFAL, la red de escuelas rurales que dirigió hasta el 2014. El Padre Chema fue párroco de la parroquia San Juan Bautista de Ccatca desde 1992, parroquia a la cual le tenía un especial cariño, y que en su última visita, en el mes de diciembre, recibió con gran alegría celebrando así su último cumpleaños.
A causa de su enfermedad y lucha constante contra el cáncer, los primeros días de enero regresó a Lima, con la salud ya deteriorada, para internarse en la Clínica Delgado donde falleció en la tarde del domingo 31 de enero. Sus restos mortales fueron traídos a la ciudad del Cusco para que descansen en la parroquia de Ccatca.
En su labor social, la población lo recuerda como el impulsor de la electrificación de los pueblos, en dicha jurisdicción.
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