El historiador Antonio Zapata analiza la revolución de este prócer de la independencia. El 21 de septiembre de celebró el 276 aniversario de su nacimiento.
Mateo Pumacahua pudo ser el héroe más importante de la historia del Perú, pero una derrota torció su destino. A 200 años de su muerte, pocos hablan de él. Un busto casi escondido en la plaza San Martín recuerda su rol como precursor de la independencia. Su vida es compleja y difícil de interpretar. Sirvió a la corona, luchó contra Túpac Amaru, logró gran prestigio en el ejército realista y con más de 65 años cambió de bando y lucho contra el poder español.
Harto de los abusos de la Corona, este hombre que decía tener parentesco con el inca Huayna Capac, se unió al criollo apurimeño José Angulo, al coronel Domingo Luis Astete y al teniente coronel Juan Tomás Moscoso. El 3 de agosto de 1814 formó una junta de gobierno en Cusco y le pidió a la población tomar las armas.
De Pumacahua a Zavalita. En un artículo publicado en la revista Somos, el historiador Antonio Zapata analizó las posibles consecuencias de revolución si hubiera llegado a buen final. "Jorge Basadre se preguntaba qué hubiera ocurrido si la rebelión del Cusco triunfaba y en esa circunstancia nacía el Perú independiente. El liderazgo nacional habría sido compartido por criollos, mestizos e indígenas. Además, su centro de gravedad hubiera estado en el interior andino y no en la costa limeña. Esta paradoja es una de las respuestas posibles a la famosa pregunta de Zavalita '¿cuándo se jodió el Perú?'. Cuando perdió Mateo Pumacahua".
Tras una gran victoria en Arequipa, donde fue recibido como un héroe, el ejército rebelde sufrió una terrible derrota el 11 de marzo de 1815 en las inmediaciones de Umachiri (Puno). Pumacahua fue apresado en Sicuani y decapitado el 17 de marzo de ese mismo año.
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