Grupo de jóvenes con alma de artistas dan el ejemplo a la sociedad con la reutilización de materiales.
Mientras unos creen que la basura es sinónimo de inservible, otros ven tesoro en él. Rebuscan bolsas y tachos, y ponen en práctica su ingenio para reciclarla, como lo hace todo aquel que ama el medio ambiente y se gana la vida con este oficio.
En Trujillo, un grupo de jóvenes universitarios con alma de artistas decidieron un día acopiar todo objeto que pudiera ser transformado en instrumento musical, y lo consiguieron.
Botellas de vidrio y plástico, bolsas, chapas, latas y tubos, todo fue útil para convertirlos en maracas y cornetas. Y así surgió el proyecto "Musiclaje", que ahora es difundido en algunas aulas escolares.
La Libertad
Trujillo
Karla Rodríguez, representante del grupo de jóvenes -estudiantes de la Universidad Privada del Norte (UPN)- resaltó que el proyecto fue presentado como propuesta en el curso de responsabilidad social y se ganó los aplausos porque busca desarrollar la capacidad artística de los más pequeños.
"Hemos realizado tres sesiones en las que se trabajó con los Boys Scouts, con niños de los colegio Alfredo Pinillos en la urbanización Palermo y de María Auxiliadora. A ellos se les enseña cómo desarrollar estos instrumentos", afirmó.
"Los materiales a reciclar los podemos encontrar en casa. Por ejemplo, en una botella de plástico podemos echar arroz y menestras, y al agitarla emitiremos sonidos agudos o graves, según la cantidad de granos. Algo similar ocurre con el agua que vaciemos en botellas de vidrio", explicó el profesor de música Juan Luján.
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