El vehículo permanece desde hace seis años en el cruce de las calles Chiclayo y Pimentel de la urbanización Aranjuez. Vecinos piden que sea remolcado porque temen por la seguridad de los niños.
Un bus abandonado se ha convertido en una guarida de drogadictos y delincuentes en la urbanización Aranjuez, en Trujillo. El vehículo permanece estacionado en el cruce de las calles Chiclayo y Pimentel desde hace seis años y los vecinos exigen su retiro inmediato.
El alcalde vecinal Hugo Solórzano afirmó a RPP Noticias que su pedido no es atendido. Señala que la Policía le expidió un documento con el cual se autoriza el retiro del vehículo, sin embargo, este no puede ser retirado porque aseguran que no tienen en dónde colocarlo.
Señala que el propietario del bus es Manuel Ruiz Briones, un trabajador de la Gerencia Regional de Educación, quien ya no vive en en lugar y que pese a ser notificado, no retira el vehículo.
La autoridad advierte que este antro está ubicado a 30 metros del parque Tomas Katari, en donde él se encarga de tratar de inculcar a niños y adolescentes el amor por el deporte para alejarlos de una mala vida.
RPP Noticias comprobó el estado en el que se encuentra el bus. Incluso, una persona, al parecer drogadicto, se encontraba descansando bajo los efectos de algún estupefaciente al interior del vehículo abandonado.
Una vecina de la zona, quien prefirió no identificarse por temor a represalias, señaló que la permanencia del bus genera temor entre las madres de familia por los niños que diariamente tienen que pasar por el lugar par ir al colegio o a sus academias.
Además del peligro, del lugar emana una pestilencia al parecer porque se ha convertido en urinario de animales, personas y un foco infeccioso para las personas del lugar.
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