Víctor Pérez exige servicios básicos para los distritos afectados por el derrame de petróleo del 2016. Además, pide un hospital en Morona porque en la actualidad si una persona se enferma, debe viajar hasta cinco días para ser atendido en Iquitos.
El alcalde del distrito de Morona, Víctor Pérez, exige salud, educación, agua y desagüe para los sectores afectados por el derrame de petróleo del 2016, año que, según indica, iniciaron las reuniones con funcionarios del gobierno central, pero a la fecha no hay ni una obra concreta en la provincia del Datem del Marañón, en Loreto.
El mismo pedido fue hecho de rodillas a representantes de la Presidencia de Consejo de Ministros (PCM) y del gobierno regional en una reunión. Pérez explicó, en la primera edición de la Rotativa del Aire, que su acción fue la única forma de llamar la atención del Estado.
“La actitud que he tomado no es una de sumisión o figuretismo, sino que el Gobierno peruano siempre nos está mintiendo con firmas de actas y mesas de diálogos. Nosotros hemos sufrido, el año 2016, el derrame más grande de petróleo de Latinoamérica. Dese esa fecha, nuestros pueblos claman agua, claman comunicación y educación”, señaló.
La autoridad indicó que en su distrito no hay hospital y solo un médico serumista atiende a los siete mil habitantes por un período de nueve a diez meses.
“Si una persona de la frontera se llega a enfermar, tiene que bajar cuatros días hasta la ciudad o cinco días a la capital, desde ahí se traslada a San Lorenzo, luego se refiere a Yurimaguas o Iquitos vía aérea. Es un tramo largo”.
El mismo alcalde, el año pasado, mostró una botella con agua contaminada de petróleo; la misma que ingirió en señal de protesta durante una reunión en el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP).
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