La comunidad se encuentra a 12 horas de viaje en canoa motorizada desde Pucallpa. Aseguran que ya tienen tres fallecidos por la enfermedad y en las pruebas realizadas ayer, 7 de 12 dieron positivo, entre ellos el jefe de la comunidad.
Tres miembros de la comunidad shipibo-conibo de Caimito, en el distrito de Masisea en Ucayali, fallecieron en las últimas dos semanas con síntomas del nuevo coronavirus, y otras 37 personas presentan síntomas de la enfermedad, denunciaron a RPP Noticias el jefe de esta población amazónica de la provincia de Coronel Portillo y el técnico de enfermería destacado en el puesto de salud.
La primera víctima, un hombre de 74 años, murió el lunes 11 de mayo; otro hombre de 70, el jueves 21 y una mujer de 74, el sábado 23. Los tres fueron enterrados en el camposanto de la comunidad, sin que se les sometiera a las pruebas para el diagnóstico de la COVID-19.
"Ellos han fallecido con síntomas de coronavirus, no son casos confirmados porque no teníamos las pruebas rápidas [...] Las tres personas necesitaban de balones de oxígeno. No había forma de apoyarles, dice Elías Majín Rodríguez, el técnico de enfermería de Caimito.
El martes de esta semana, una comitiva de la microred de Salud del distrito de Masisea, integrada por un médico y un laboratorista, llevó por primera vez pruebas rápidas a la comunidad. Solo tomaron 12 a una población de 750 habitantes. Siete dieron positivo a la COVID-19, entre ellos el jefe de la comunidad, Juan Carlos Mahua, quien desde hace varios días tiene tos, dolor de cabeza y fiebre. El técnico Majín Rodríguez, también dio positivo a la prueba.
Mahua dijo a RPP que al menos unas 10 personas se encuentran en cama con síntomas de la enfermedad y sin fuerzas para levantarse; por ello no acudieron a confirmar sus diagnósticos a la posta de salud, donde se realizaron las pruebas. La comitiva partió de regreso a Pucallpa, la capital de la región, sin atender a todos los que asistieron para someterse a tamizajes, pero dejó ocho kits de pruebas rápidas que serán aplicadas este miércoles.
La comunidad nativa de Caimito se ubica a orillas del lago Imiria en el distrito de Masisea, a unas 12 horas río arriba (contracorriente) en 'peque peque' desde Pucallpa o a unas seis horas en deslizador. Hasta el último sábado, el técnico Majín era el único personal de salud en la comunidad. Ese día se sumó un licenciado en enfermería, como corresponde a los establecimientos más básicos de atención primaria del Ministerio de Salud (Minsa). La obstetra asignada, se encuentra de licencia por maternidad, y un médico que hacía el Serums (Servicio rural y urbano marginal en salud), dejó la comunidad en la quincena de mayo tras cumplir un año de servicio.
Este miércoles, Majin Rodríguez le realizará la prueba de la COVID-19 al licenciado de enfermería Wander Cano Anchimaña y luego, ambos, aplicarán las siete pruebas restantes a miembros de la comunidad en sus viviendas. El protocolo indica que el técnico, un portador asintomático del virus, debería aislarse por 15 días; sin embargo, dijo a RPP, que continuará con sus funciones en Caimito, porque solamente son dos en el puesto de salud.
"Se ha esparcido río arriba, río abajo"
Horas antes de conocer su diagnóstico, el técnico se había quejado por la falta de equipos de protección personal. "Nosotros estamos arriesgando nuestra vida, [...] la micro red solo nos ha dotado de una muda (vestimenta de personal médico) nada más. La atención está solo centrada en Pucallpa y esta enfermedad se ha esparcido rio arriba, rio abajo", afirmó.
A Caimito, la enfermedad llegó hace más de 20 días, cuando varios pobladores regresaron de Pucallpa luego de cobrar dinero de los programas Juntos y Pensión 65, dijo a RPP el jefe de la comunidad. La capital de Ucayali, es una de las ciudades más afectadas por la pandemia en el país.
"En Pucallpa se han contagiado, al regresar algunos empezaron a sentir síntomas", recuerda Mahua y agrega que al principio, unos 70 miembros de la comunidad resultaron afectados. Varios se fueron recuperando, pero tres de los más ancianos murieron tras permanecer postrados varios días.
Hace casi una semana se quedaron sin medicinas y el técnico Majín fue a buscarlas en un viaje de tres días. El puesto de salud quedó vacío y algunos en la comunidad creyeron que había huido ante el temor de un colapso. Pero el enfermero regresó con medicamentos genéricos como paracetamol y azitromicina, que espera duren hasta la quincena de junio. Afirma que, a diario, varias personas acuden a la posta médica con síntomas sospechosos de la COVID-19.
El último domingo, Mahua envió una delegación a Pucallpa con la misión de conseguir medicinas.
Mahua y Majín dijeron a RPP que los miembros de la delegación de la microred de Masisea no indicaron cuándo volverían.
Así como Caimito, a lo largo de los ríos de Ucayali, hay decenas de comunidades nativas, y varias de ellas reportan fallecidos y casos sospechosos del nuevo coronavirus. Miguel Hilario, excandidato presidencial shipibo-conibo, dijo a RPP que, según datos recogidos en una lista que elabora con información de varias comunidades, al menos 63 nativos de la etnia han muerto con síntomas de la enfermedad. Uno de ellos era el alcalde distrital de Masisea, Silvio Vallés, quien falleció por la COVID-19 en un hospital de Pucallpa; Sin embargo, la mayoría de casos, asegura Hilario, no son reportados en los registros oficiales.
Hasta el cierre de esta nota, RPP Noticias intentó comunicarse varias veces vía telefónica con las autoridades de la red de Coronel Portillo y la microred Masisea para consultar sobre las pruebas realizadas el martes en Caimito, y respecto de actividades que planean realizar en los próximos días en las comunidades nativas. Las llamadas no llegaron a concretarse.
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