El Perú tendrá en los próximos años (2020 -2045) una gran población en edad económicamente activa, es decir entre 15 y 59 años, con capacidad para trabajar, ahorrar e invertir.
La ventana demográfica representa una importante oportunidad para el desarrollo de un país y si no se prepara adecuadamente a los jóvenes no podrán enfrentar el desafío de la sociedad del futuro, sostuvo Fredy Vargas, Director Nacional de Prospectiva y Estudios Estratégicos del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan).
La población infantil se ha reducido y el crecimiento de las personas de mayor edad aún no se acelera, por lo el Perú tendrá en los próximos años (2020 -2045) una gran población en edad económicamente activa, es decir entre 15 y 59 años, con capacidad para trabajar, ahorrar e invertir.
Ante este escenario, el Estado tiene como reto principal crear oportunidades de calidad en términos laborales y de educación, para de esta forma aprovechar en su total magnitud la mayor oportunidad de crecimiento económico y social que otorga esta ventana demográfica que de esta manera se convertiría en el llamado “bono demográfico”, es decir un periodo de rápido desarrollo basado en el buen uso del perfil demográfico predominante, conformado mayoritariamente en personas en edad de trabajar.
En ese sentido, Vargas explicó que la principal oportunidad radica en contar con una mayor población económicamente activa que cuente con las calificaciones adecuadas. Ello implica pisar el acelerador y tomar medidas urgentes que estimulen el desarrollo de las capacidades y habilidades de este grupo poblacional (situación que nos acompañará hasta aproximadamente el año 2045). “Es necesario tomar medidas que estimulen el desarrollo de las capacidades y habilidades de los jóvenes peruanos”, sostuvo Vargas Lama.
Para el directivo del Ceplan, este impulso adicional nos permitirá alcanzar el desarrollo económico y social, y lograr así los objetivos nacionales planteados en el Plan para el 2021, elaborado por el ente planificador.
Asimismo, consideró necesario institucionalizar políticas de Estado que permitan el acceso universal a una educación pública gratuita y de calidad, el desarrollo de la ciencia y tecnología, la búsqueda de la competitividad, la diversificación productiva y la formalización de la actividad económica, así como el acceso al empleo digno y productivo como principales motores.
“Para el establecimiento de un enfoque de largo plazo en el diseño y la ejecución de Políticas Públicas, es fundamental posicionar una cultura de planificación y gestión estratégica en el Estado que permita avizorar este tipo de oportunidades y tomar las medidas correspondientes”, enfatizó Vargas.
El funcionario precisó que hoy en día alrededor del 27% de la población entre 15 y 64 años se desempeña en trabajos no calificados de servicios personales mientras que el 15% lo hace como profesionales y técnicos. Así mismo, el 46% de los trabajadores con educación universitaria completa están subempleados.
De otro lado, el 50% de las empresas más grandes señala tener dificultades para contratar mano de obra calificada; además, se estima una demanda creciente de trabajadores de este tipo.
“Las regiones como Arequipa, Lambayeque, La Libertad, Moquegua, entre otras muestran grandes avances. No obstante, regiones como Puno, Apurímac, Loreto, Huánuco Junín tienen la opción de prepararse mejor para la oportunidad demográfica que se acentuará a partir del año 2020”, afirmó.
Finalmente, el principal reto del Estado consiste en crear oportunidades tanto educativas como laborales de calidad. Ello dará como resultado una población joven capaz de hacer realidad sus deseos, convirtiéndose en el principal motor hacia el desarrollo.
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