Fuente judicial señala que los discos duros de Arízar, confiscados el día de su captura, contenían documentos más delicados que el 'Plan Quiñones'.
Un departamento ubicado en la calle Juan Bautista 173, de Sol de Lima en la urbanización Palao del distrito de San Martín de Porres ha sido sindicado como el centro de operaciones de Víctor Ariza Mendoza, suboficial implicado en el caso de espionaje de las Fuerzas Armadas del Perú (FAP) a favor de Chile; indicaron medios locales.
La vivienda fue alquilada unos meses atrás luego que se separara de su segundo compromiso y era allí desde donde enviaba por la Internet archivos del Departamento de Planes de la Dirección de Inteligencia de la FAP que robaba para el país sureño.
El día de su captura (30 de octubre pasado) Arizar fue presionado para abrir archivos y correos electrónicos encriptados. Por la magnitud de la información, las autoridades entre las que figuraba el fiscal Jorge Chávez Cotrina procedieron a incautar tres discos duros, una memoria USB y archivos digitales; indica Perú.21.
'Él ha ido abriendo sus correos frente a nosotros. También hemos conocido el contenido de los discos duros; podemos decir que ha vendido documentos más delicados que el Plan Quiñones', relató al diario una fuente judicial.
Asimismo, se investiga que Chile tenga mayor información que la que circulaba por el Departamento de Planes, pues el cómplice del espía (cuya identidad no ha sido revelada) también era un agente de Inteligencia que trabajaba en esa área de la Base Las Palmas.
Al respecto, el juez del caso, Luis Garzón dispuso sobre el subalterno una orden de internacional captura pues este habría viajado a los Estados Unidos y la Policía duda que vaya a retornar al país.
Cabe destacar que en promedio, un suboficial de la FAP gana unos 500 dólares mensuales en promedio, mientras que por su labor de espionaje, agentes chilenos le habrían pagado 3000 dólares que recibía por Western Union.
Por su parte, el gobierno chileno ha negado cualquier participación en este escándalo, exigiendo que su par peruano realice la 'mayor investigación' al respecto.
La vivienda fue alquilada unos meses atrás luego que se separara de su segundo compromiso y era allí desde donde enviaba por la Internet archivos del Departamento de Planes de la Dirección de Inteligencia de la FAP que robaba para el país sureño.
El día de su captura (30 de octubre pasado) Arizar fue presionado para abrir archivos y correos electrónicos encriptados. Por la magnitud de la información, las autoridades entre las que figuraba el fiscal Jorge Chávez Cotrina procedieron a incautar tres discos duros, una memoria USB y archivos digitales; indica Perú.21.
'Él ha ido abriendo sus correos frente a nosotros. También hemos conocido el contenido de los discos duros; podemos decir que ha vendido documentos más delicados que el Plan Quiñones', relató al diario una fuente judicial.
Asimismo, se investiga que Chile tenga mayor información que la que circulaba por el Departamento de Planes, pues el cómplice del espía (cuya identidad no ha sido revelada) también era un agente de Inteligencia que trabajaba en esa área de la Base Las Palmas.
Al respecto, el juez del caso, Luis Garzón dispuso sobre el subalterno una orden de internacional captura pues este habría viajado a los Estados Unidos y la Policía duda que vaya a retornar al país.
Cabe destacar que en promedio, un suboficial de la FAP gana unos 500 dólares mensuales en promedio, mientras que por su labor de espionaje, agentes chilenos le habrían pagado 3000 dólares que recibía por Western Union.
Por su parte, el gobierno chileno ha negado cualquier participación en este escándalo, exigiendo que su par peruano realice la 'mayor investigación' al respecto.
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