En diálogo con RPP Noticias, consideró que la postura de Perú y Brasil fue significativa. Respaldó iniciativa de cambiar sede la de CIDH.
El presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte CIDH), Diego García Sayán, saludó la posición del canciller peruano Rafael Roncagliolo durante el debate en la asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA).
"Creo que la posición del canciller en el curso de la asamblea ha sido muy importante junto con la de Brasil para promover el consenso. Creo que la posición de estos países ha sido muy significativa para que este no termine a capazos, como se podría decir", dijo a RPP Noticias.
En ese sentido, respaldó la iniciativa de Roncagliolo de cambiar la sede de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), actualmente ubicada en Washington. El canciller peruano ofreció al Perú como sede de la CIDH.
"El tema de la sede ha quedado como un señalamiento que recoge un sentimiento latinoamericano. Ocurre que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos está en Washington, donde viene funcionando siempre", explicó García Sayán.
"Pero el hecho es que la mayor parte de reclamos y de casos proviene de América Latina, lo que, entre otros aspectos, presenta problemas prácticos para los reclamantes que muchas veces no logran a tiempo la visa para comparecer en las audiencias", añadió.
Al respecto, García Sayán recordó que la sede de la Corte IDH está en Costa Rica. "Entonces la idea de que la sede esté en otro lado por sí misma no conspira contra su naturaleza", acotó.
Como se sabe, los cancilleres y representantes de estados de la OEA acordaron la noche del viernes no cerrar el debate sobre la función de la CIDH, que logró, sin embargo, un respaldo a su reforma y mantuvo la potestad de recaudar fondos ajenos al organismo para sus proyectos.
Las doce horas de debate en la OEA se cerraron con la aprobación por unanimidad de una resolución que deja la puerta abierta a que se impulsen nuevos cambios en la Comisión, a raíz de las presiones de Ecuador, Bolivia, Venezuela y Nicaragua.
No obstante, ese texto también "toma nota" de la reforma que la CIDH aprobó esta semana para su propio reglamento -que entrará en vigor el 1 de agosto- y acepta que el órgano siga recibiendo contribuciones voluntarias "preferentemente sin fines específicos", lo que permite a la CIDH seguir buscando fondos externos a la organización y los estados miembros, como reclamaba.
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