El Congreso aprobó el miércoles una ley que dispone el nombramiento de profesores contratados sin someterse a un examen.
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Como para culminar la legislatura de la peor manera posible, el Congreso aprobó el miércoles una ley que dispone el nombramiento de profesores contratados sin someterse a un examen. De manera que con el voto de 80 congresistas de bancadas de derecha y de izquierda, el Congreso le habrá dado una satisfacción inesperada a Pedro Castillo, quien promovió ese nombramiento desde la huelga magisterial del 2017. Para eso se creó el sindicato FENATE.
Lo que los sucesivos ministros de Educación de Castillo no lograron hacer, lo hace ahora el Congreso con doce votos de Acción Popular, ocho de APP, cuatro de Somos Perú, dos de Avanza País y dos de Renovación Popular, además, por supuesto de las bancadas surgidas de la matriz de Perú Libre.
La ley aprobada ni siquiera pasó por la Comisión de Educación, es decir no fue discutida por los congresistas especializados en un tema que los políticos ávidos de poder y cortos de miras suelen despreciar. Y, sin embargo, la contrarreforma educativa a la que estamos asistiendo es sin duda una de las causas profundas de la degradación intelectual y moral de nuestra vida política. La pobreza argumentativa del debate público es consecuencia del pobre nivel de las universidades y de la mala formación de los profesores de las escuelas.
Tomó mucho tiempo introducir el criterio de la meritocracia, pero ahora los profesores podrán pensar que no valió la pena prepararse para exámenes puesto que el Congreso les ofrece un nombramiento automático.
La congresista Flor Pablo ha solicitado una reconsideración del voto. Pero, ¿será posible que una mayoría de congresistas priorice los derechos de niños y adolescentes en vez de sus intercambios de votos? El Consejo Nacional de Educación, el MINEDU, IPAE nos han prevenido: lo que está en juego en la escuela es mucho más que la escuela. Es el futuro de nuestro país, la posibilidad de tener ciudadanos orientados por valores y capaces de adaptarse a las exigencias del desarrollo sostenible y sin corrupción.
Las cosas como son
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