La vacunación avanza muy rápido y uno de los retos del presidente electo Pedro Castillo será mantenerla a buen ritmo una vez que asuma la presidencia el 28 de julio. ¿Qué debe tener en cuenta?
La estrategia de vacunación implementada por el gobierno del presidente Francisco Sagasti camina a buen ritmo, luego de tener un inicio fragmentado entre el Minsa y EsSalud. La unificación del padrón de vacunación encaminó la campaña de inmunización y es deber del próximo mandatario, el presidente electo Pedro Castillo, mantenerla e incluso mejorarla después de su juramentación este 28 de julio.
En el Perú ya se han asegurado 78.7 millones de dosis de vacunas del laboratorio Pfizer hasta enero de 2022 y recientemente se firmó un acuerdo de compra de 20 millones de dosis de vacunas Sputnik V, del instituto ruso Gamaleya.
El porcentaje de peruanos inoculados, sin embargo, sigue siendo bajo. Y ya que la cantidad de dosis necesarias parece no ser un problema por el momento, el próximo gobierno de Pedro Castillo se debe concentrar en descentralizar la campaña de inmunización y llevar la vacuna más allá de las grandes ciudades. "Más importante que la vacuna es la [campaña de] vacunación. Podemos tener 100 millones de vacunas, pero si no hay una vacunación rápida y cobertura alta, esto no va a tener un efecto en la parte económica, en la seguridad del movimiento de las personas", sostiene el doctor Alfonso Nino, director de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
"Vamos bien, pero no vemos un plan territorial para descentralizar. [La vacunación] todavía sigue siendo un tema manejado por el Ministerio de Salud, y en especial por las enfermeras. En las regiones, más que un plan territorial, se ve un plan de enfermería para vacunar y los gobierno locales o regionales apoyan, pero eso tiene que cambiarse, ellos tienen que dirigir. Las autoridades locales están en la obligación de hacerlo", agrega Nino.
Actualmente se está vacunando a mayores de 40 años, y conforme avanza la vacunación de grupos de edad más jóvenes, la población que se debe inocular aumenta. Aunque se destacan estrategias como la ‘Vacunatón’, durante las próximas semanas será necesario ampliar e implementar otras formas de llegar a la Población Económicamente Activa, grupo etario que suele estar libre, por lo general, después del horario de oficina.
¿Qué nuevas estrategias se pueden implementar? "Se deben tener vacunatorios 24 horas, uno por lo menos en cada distrito o dos en donde haya más población", sostiene el exministro de Salud Víctor Zamora. "Para que aquella población que usa sus barrios como lugares de dormitorio básicamente, porque salen muy temprano y llegan muy tarde, puedan tener la oportunidad de que en la madrugada pasen a vacunarse o reciban su segunda dosis".
Para poder llegar a más gente, explica Zamora, se deben ampliar los centros de vacunación. Y para lograr eso, se debe contratar a más gente. Aquí comienzan las dificultades. "El gobierno debe sentarse y saldar las deudas con los trabajadores [de la Salud], que están maltratados, por los contratos CAS o por terceros, sin bonos. ¿Alternativas? El sector privado está apoyando en la logística, pero también debería contratar en el lugar que se necesite".
Un tema que se debe anticipar es la sensibilización ante la vacunación. Experiencias en otros países indican que se puede llegar al punto de tener que insistir a las personas para que vayan a vacunarse. "Va a llegar un momento en el que no van a ir a vacunarse las personas que les corresponde, porque hay un porcentaje de la población que está concientizada a no vacunarse", manifiesta la exministra de Salud Zulema Tomás. "Llegará un momento en que no será por edades, sino para toda la población. Hay que ir casa por casa, la vacunación tiene que ser de lunes a domingo y todo el día", agrega.
Sin voluntad política, no hay nada
Los especialistas consultados para este informe coinciden en que, tanto para potenciar la campaña de vacunación como para sacar adelante el sistema de Salud, se necesita la voluntad política y el liderazgo del presidente y el Congreso de la República.
La exministra Zulema Tomás sostiene además que siempre se debe pensar en el paciente, pero también en los profesionales de la salud, que muchas veces tienen un estado laboral precario. "Lo primero es la decisión política. Si no hay apoyo político del Presidente de la República, como política de gestión, realmente lo demás no iría. Decisión política de parte del presidente, pero también del Congreso. Y en segundo lugar que, a través de normas, decretos legislativos o decretos de urgencia, se realice una gestión de política de recursos humanos [en el sector Salud]".
Por su parte, el doctor Víctor Zamora acota que los países que han tenido grandes transformaciones en el sector Salud son aquellos en los que sus presidentes han tomado el liderazgo. "Las reformas del sector Salud, como involucran al sector económico, productivo, de educación, etc., tienen que ser liderado por el señor presidente. El ministro de Salud puede dar la parte técnica, pero la parte política es del presidente".
Queda claro que si no hay una alianza entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo para sacar adelante la vacunación o las grandes reformas en el sector Salud, "no va a ser fácil salir del hoyo en el que nos encontramos", sentencia Zamora.
"Siempre hemos tenido la idea que las epidemias son siempre resueltas por los servicios de salud y por el Ejército, por eso solemos llamar 'comando' [en referencia al nombre Comando Vacuna]", dice el doctor Alfonso Nino. "Eso funcionó más o menos, pero después no hemos visto evolución. En regiones se formaron comandos que posaron para la foto y luego desaparecieron (...) [la pandemia] ha sido una demostración que la segmentación del sistema de Salud es un ejemplo que no debemos seguir", agrega, destacando que se debe apuntar a un tema mayor y con visión a mediano y largo plazo: la unificación del sistema de Salud.
El problema inmediato es mantener una vacunación en marcha que permita que la reactivación económica en el Perú continúe de manera segura y sin bajar la guardia. La responsabilidad queda en manos del nuevo gobierno.
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