La revista The Economist publicó su más reciente Índice de Democracia. Perú cayó un puesto en el ranking global y permanece estancado en la categoría de "régimen híbrido". ¿Cuáles son los factores que han llevado a esta situación? Los detalles en el este informe.
La revista inglesa The Economist presentó su más reciente informe del Índice de Democracia Global, un estudio que analiza el estado y funcionamiento de la democracia en 167 países del mundo.
Según la evaluación correspondiente al 2024, Perú bajó un puesto en el ranking global, ubicándose en la posición 78. El informe también advierte un retroceso en el indicador de cultura política. En 2024, Perú obtuvo una calificación de 2.50, respecto al puntaje de 3.13 que recibió en el 2023.
¿Qué datos recoge este indicador y qué revela de la situación en nuestro país? Paolo Sosa, politólogo del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) responde.
"Lo que te está saltando es parte de la cultura política, de las personas que están en cargos públicos, de las personas que tienen cargos de representación, de los líderes de los partidos políticos; es a ese nivel, en realidad, donde se ve ese cambio en la cultura política. Es un cambio de actitudes y de lealtad con las reglas democráticas, no necesariamente desde el pueblo. Lo que estamos viendo es un análisis ahí sobre el comportamiento y la lealtad de las personas que están en cargos de poder", señala.
El Índice de The Economist clasifica a los países en cuatro categorías: democracia plena, democracia defectuosa, régimen Híbrido y régimen Autoritario.
Por tercer año consecutivo, Perú es considerado un estado híbrido, ¿qué significa esto? El analista político Enzo Elguera lo explica.
"Esto consiste en la combinación de la institucionalidad democrática que existe en nuestro país, pero también de una dosis de autoritarismo disfrazada entre formas democráticas", refiere.
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Escasos avances para mejorar la percepción del país
La politóloga Paula Távara advierte que la falta de interés de las autoridades por fortalecer la democracia en Perú ha frenado cualquier avance en el último año.
"El Gobierno tiene que hacerse responsable, claro, porque los peores puntajes son participación política y cultura política, y allí hay una parte que tiene ver con cómo se ha aplastado la participación de los ciudadanos.", sostiene.
Respecto a Latinoamérica, solo Uruguay y Costa Rica son considerados países plenamente democráticos por el Índice de Democracia Global de The Economist; mientras que los gobierno considerados como regímenes autoritarios son Haití, Cuba, Venezuela y Nicaragua.
El analista de opinión pública, Enzo Elguera, enfatiza que el deterioro de la democracia afecta a las instituciones del Estado, pero que también es una responsabilidad compartida, debido a que impide una adecuada atención a los problemas clave del país.
"Aún se continúa utilizando en algunas ocasiones la institucionalidad para seguir gobernando con autoritarismo y populismo; y en esto tiene también responsabilidad los otros poderes del Estado, principalmente el Parlamento. Y, ahora, también podríamos hablar del aparato de justicia y de la propia Fiscalía, pues en este enfrentamiento de poderes del Estado la agenda que se prioriza termina siendo nuevamente la política", refiere.
¿Cómo podemos mejorar este panorama?
Expertos coinciden en que la ciudadanía tiene la tarea de seguir vigilante sobre el papel que cumplen sus autoridades y evitar excesos. Este rol es clave, sobre todo, frente al proceso de cambio de autoridades que vivirá el país en las elecciones generales 2026.
"Estamos en realidad peor, no se ha hecho nada por mejorar la situación. Vuelvo sobre el asunto porque no interesa a los actores políticos que tienen el control del poder ahora mismo que algo se haga para mejorar la democracia o para mejorar ese esquema. Yo creo que es bien complejo, creo que es difícil que desde los espacios de práctica política activa se logre hacer algo, pero sí creo que hay un desafío para la ciudadanía de seguir vigilando e intentando organizar su actuación", señala la politóloga Paula Távara.
"Hay un papel importante en el tema de la ciudadanía, que es la más afectada por todo esto. [...] Por lo general, los estudios académicos muestran que cuando los países empiezan a llegar hacia el autoritarismo, las oportunidades de movilización social se van debilitando. Entonces, donde más bien habría que poner énfasis para buscar alternativas, ver en aquellas personas que tienen un poco más de alcance de incidir en la política, pero también élites culturales, medios de comunicación", comenta Paolo Sosa.
Con una democracia considerada como híbrida y un retroceso en el indicador de cultura política, Perú enfrenta desafíos significativos para fortalecer sus instituciones y recuperar la confianza en su sistema democrático.
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