El excanciller indicó que los trámites para dar el asilo político a Pedro Castillo y la visita del embajador de México a la Diroes no califican como injerencia en los asuntos internos del país, pues tienen "índole humanitaria".
Tras la detención del expresidente Pedro Castillo en la Prefectura de Lima y su posterior traslado a la Diroes, se supo que intentó llegar a la Embajada de México en el Perú para solicitar el asilo político. Dicha solicitud fue confirmada por el presidente mexicano, Manuel Andrés López Obrador (AMLO), el pasado jueves.
Además, el exmandatario peruano recibió la visita del embajador de México, Pablo Monroy, en la Diroes, tras lo cual la Cancillería nacional convocó a dicho funcionario y calificó las expresiones de las autoridades mexicanas como una "injerencia en los asuntos internos del Perú".
"No constituye una injerencia"
Ante esos hechos, el excanciller Miguel Rodríguez Mackay explicó que lo actuado por la embajada mexicana en torno al expresidente Pedro Castillo no constituyen actos de injerencia en los asuntos internos del país, según la doctrina internacional.
"La doctrina dice que esas gestiones y conceder el asilo no es hostil porque tienen naturaleza humanitaria y nunca califican como una intromisión en asuntos internos. El primer congreso hispanoluso americano de 1953, en Madrid, así lo calificó: no son actos hostiles ni intromisiones en asuntos internos cuando la gestión o el proceso es para consumar un asilo", indicó en Ampliación de Noticias.
Asimismo, indicó que "llamar al embajador de México" fue un "acto innecesario" de parte de la Cancillería.
"Llamar al embajador de México es una práctica que se estila, pero no veo ahí la necesidad. Cuando se trata de asilo, la doctrina no lo avala como una intromisión en los aspectos internos del Estado", subrayó.
A su vez, el ex canciller señaló que espera el nombramiento del nuevo ministro de Relaciones Exteriores para que "ponga orden" y vele por el mejoramiento de las relaciones bilaterales con México.
"Hay que poner orden a nuestra vida internacional. Tenemos que encuadrar bien el caso de Pedro Castillo, nuestra relación con los países vecinos, con México, no hay que ideologizarlas. Ya sabemos cómo piensa el presidente mexicano, podemos tener diferencias con él, pero es una persona y México es un Estado. Las relaciones son de Estado a Estado y eso es lo que tenemos que conservar para el mejoramiento de nuestras vinculaciones en el sistema internacional y panamericano", remarcó.
"No deberíamos mirarlo sino como una circunstancia que tiene un envolvente político. La presencia del embajador de México, a mi juicio, fue solo de carácter humanitario, nada más; pero las relaciones entre México y Perú son de Estado y la presidenta tiene que mantenerlas", agregó.
"No califica el asilo para Pedro Castillo"
Por otro lado, Rodríguez explicó que un posible asilo en México para el exmandatario no es posible dada las actuales circunstancias en las que se encuentra.
"No califica porque son delitos comunes. Hay todo un conjunto de imputaciones objetivas claras y el quebrantamiento del orden constitucional. Todo eso es puro orden de derecho punitivo peruano. No califica para asilo (...) porque no hay delito político sino delitos comunes que se circunscriben al puro derecho nacional", señaló.
A su vez, indicó que el Gobierno mexicano considera que Castillo es un perseguido político, pero no el Estado peruano.
"Según ese país, se está haciendo gestiones para el asilo porque cree que es un perseguido político. Eso cree México, pero el Perú, no. No hay formato posible para el asilo porque no hay prerrogativa. Por más que se lo pida a México, este país no puede entrar a una cárcel peruana y decir ‘bueno, de acá lo saco porque me está pidiendo asilo’. Eso no existe", sostuvo.
Rodríguez Mackay indicó que el asilo político solo es posible en dos espacios: cuando se ingresa a una embajada o cuando se solicita dentro de otro país. Según indicó, ninguno de esos es el caso de Castillo.
"Estos dos tipos de asilo no se han producido con el expresidente Castillo porque él, no solo salió de Palacio de Gobierno y fue detenido en el camino tras ser vacado, sino que se frustró su ingreso a la misión diplomática. Por tanto, fue recluido en un centro penitenciario y esa reclusión es puro derecho nacional", remarcó.
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