Durante el IV Consejo de Ministros Descentralizado realizado en Huancayo, el presidente Pedro Castillo reiteró su promesa de bajar su sueldo y el de sus ministros. ¿Qué otras propuestas heredadas de la campaña electoral se han mencionado en el gobierno y por qué se insiste en ellas? Especialistas analizan el panorama.
Rebajar su sueldo y el de los ministros; vender el avión presidencial; expulsar del país a extranjeros en pocas horas, instalar el servicio militar obligatorio para los jóvenes y convertir Palacio de Gobierno en un museo son algunas de las promesas que el presidente Pedro Castillo hizo en campaña electoral y que lo han seguido hasta su gobierno.
Todas ellas han sido reiteradas en discursos, e incluso intentaron llevarse a cabo sin éxito, como el frustrado intento de expulsar a un grupo de venezolanos capturados durante una redada en la madrugada, pero sin coordinar con el gobierno de su país. La mención más reciente data de hace menos de una semana, cuando en su discurso de cierre del IV Consejo de Ministros Descentralizado que se realizó en Huancayo, el presidente Pedro Castillo señaló que trabajará un Proyecto de Ley "para ver de qué manera los funcionarios, ministros, empezando por la presidencia, y nuestros hermanos congresistas nos hacemos una rebaja de sueldo".
¿Son estas medidas populistas? Consultamos sobre cada una de ellas a especialistas.
1. Vender el avión presidencial
"Si se define al populismo como una división entre arriba y abajo, o lo rico y lo popular, entonces una promesa como vender el avión presidencial encaja perfecto", sostiene el analista político Fernando Vivas. A su vez, el también analista Fernando Gómez de la Torre, asegura que la propuesta de venta del avión presidencial es paradójica, pues el propio presidente Pedro Castillo lo ha estado usando. "La promesa cayó en saco roto, porque al parecer tampoco fue coordinada con el alto mando de la Fuerza Aérea, porque es un avión que sí realmente sirve para tareas de acción cívica, de apoyo al desarrollo y de traslado de autoridades cuando se producen desastres naturales".
Muchas de estas propuestas, agrega Gómez de la Torres, no se cumplen porque no son adecuadamente planificadas, pensadas, y menos ejecutadas.
2. Bajar los sueldos del presidente, ministros y congresistas
Esta forma parte de un conjunto de promesas que podrían catalogarse como "efectistas", de acuerdo con la politóloga Paula Távara. "[Este grupo de propuestas] intentan generar una visión de que se está gobernando para el pueblo, cuando ninguna de ellas, en la práctica, no solo no se ha llevado a cabo, sino que no tendrían una repercusión efectiva ni en la economía, ni en los reclamos de solución de los problemas que está teniendo la población.
Es, además, otra de las promesas que cumplen con el 'stock' de las ideas del populismo tradicional contemporáneo, en opinión de Fernando Vivas. Además, el periodista hace referencia a la mención que hace el presidente Pedro Castillo de este tema en Huancayo, en donde incluso provocó algunos aplausos. "[Estas propuestas] están en el 'stock' de lo que puede decir para rellenar esos discursos donde tiene auditorios amables que le suelen organizar en cada visita en algún rincón nacional o en cualquier lugar donde tengan un auditorio amable o cordial que no lo va a pifiar ni reclamar nada. Entonces puede repetir lo del sueldo de los ministros y funcionarios como lo hizo en Huancayo. Pero aquí se está viendo a alguien que utiliza el repertorio conocido y que pone 'playback' para acabar un discurso a falta de agenda, de iniciativas, de una real voluntad proactiva y planificada de gobernar para adelante".
3. Convertir Palacio de Gobierno en un museo
Esta propuesta, de acuerdo con Fernando Vivas, no es necesariamente populista. "[Esta idea] es muy común en democracias desarrolladas que más bien 'se dan el lujo', en términos participativos, de transparentar la sede del poder y hacerla asequible a la ciudadanía". Para él, más bien, es una propuesta "impracticable". "Más bien, ahora estamos viendo, en momentos de cierta convulsión social, que en el presidente Pedro Castillo hay un miedo al pueblo. Y si el centro histórico aparece cerrado con rejas, menos se va a poder permitir que la gente haga visitas turísticas guiadas al interior del Palacio de Gobierno".
¿Por qué se insiste entonces en estas promesas? Los especialistas coinciden en que hay un intento de llenar de promesas vacías la falta de agenda, de iniciativas y de voluntad para gobernar con propuestas viables. Además, existe una deficiencia de consejería, como indica Andrés Gómez de la Torre. “Muchas de esas propuestas residen por el mal asesoramiento que recibe el presidente Pedro Castillo en palacio de gobierno, y no consulta necesariamente a los entes técnicos. Son propuestas no solamente populistas sino fugaces, fogonazos para tratar de impresionar, pero lamentablemente no están debidamente sustentadas y ese es un estilo que ha marcado el presidente. Es un problema estructural que tiene este gobierno”.
4. Instalar el servicio militar obligatorio
Esta es una propuesta que simplemente no se mencionó más. La referencia a los altos mandos en lo que va del gobierno han tenido que ver, más bien, con la promesa de instaurar la meritocracia en las Fuerzas Armadas. "Pero lamentablemente se sucedieron rápidamente cambios con los comandantes generales, no sabemos en función de qué; y realmente a veces vemos un manejo en la designación de ciertos puestos claves relacionados a la seguridad nacional que no tienen mucho que ver, por decir lo menos, con la meritocracia", sostiene Andrés Gómez de la Torre. "Este es un tema complejo que le está pasando factura al presidente Pedro Castillo", agrega.
5. Expulsar a los extranjeros de manera rápida
La politóloga Paula Távara sostiene que el presidente insiste en este tipo de promesas porque "lamentablemente tiene un vacío de otras cosas qué prometer, ni tiene un programa ni claro qué más va a hacer. Estas cosas efectistas, mediáticas, le resultan para llenar vacíos de contenido real de lo que se pueda estar planteando hacer desde un Ejecutivo que no ha tenido programa en todo este tiempo y se cree que todavía se puede promover hacia la galería un conjunto de medidas que claramente no están orientadas a cambios efectivos".
"Particularmente lo de expulsar del país extranjeros, en realidad sinónimo de venezolanos, es una idea compleja", explica Fernando Vivas. "Esa expulsión es un tema impracticable, sobre todo después de que el exministro Avelino Guillén pasara el roche de tratar de expulsar un avión lleno de venezolanos que habían detenido sin haber coordinado lo suficiente con Venezuela y ni siquiera pudieron hacerlo. Esa promesa va a quedar incumplida como las otras".
Repetir promesas sin sustento o que carecen de viabilidad es una práctica recurrente en campaña electoral, e inaceptable cuando se gobierna, aseguran los expertos. Rectificar es el camino adecuado.
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