Perú pasó de no tener vacunas contra la COVID-19 a aplicar casi 9 millones de dosis: ¿cómo se logró este cambio?

El Perú pasó, en menos de medio año, de no tener vacunas para inmunizar a su población a inocular casi nueve millones de dosis (8 897 304, según el último balance del Ministerio de Salud). ¿Cómo se logró este cambio?

En Enfoque de los Sábados, el ministro de Relaciones Exteriores, Allan Wagner, contó cómo fue el proceso realizado para conseguir cerrar contratos con distintos laboratorios en un contexto extremadamente complicado.

El canciller reveló que cuando asumió el cargo, tras el escándalo de vacunaciones irregulares a altos funcionarios, conocido como el ‘Vacunagate’, encontró que no había acuerdos cerrados y las conversaciones estaban muy incipientes.

“El problema es que, hasta ese momento, el Perú no había contratado ninguna vacuna. Había habido conversaciones preliminares, estas cosas, pero no se había concretado ningún acuerdo, salvo la adhesión al sistema COVAX”, comentó.

“Entonces, paradójicamente, como canciller, mi tarea prioritaria ha sido coadyubar a la adquisición de las vacunas necesarias para inmunizar a nuestra población, bajo la rectoría del Ministerio de Salud, que es quien tiene la responsabilidad principal”, añadió.

El trabajo de los embajadores

Allan Wagner destacó el papel que tuvieron nuestros embajadores para poder facilitar las negociaciones para la adquisición de las vacunas contra la COVID-19.

“Nuestros embajadores han trabajado muy intensamente, aquellos localizados en los lugares donde están los principales laboratorios, y en la Cancillería también formamos un equipo para trabajar de manera intensa”, apuntó.

El canciller señaló que los resultados han sido favorables, pese a las circunstancias adversas. “Cuando el Perú entró al mercado a tratar de conseguir vacunas, el mercado estaba totalmente saturado, porque la demanda era inmensamente mayor a la oferta”, recordó.

“Los laboratorios tenían compromisos hechos no solamente con anticipación, sino con mucha proyección, de manera que fue muy difícil. En mi experiencia de negociación internacional, ha sido la más difícil y, hasta cierto punto, la menos agradable”, sentenció.

Piedras en el camino

Allan Wagner confirmó que una de las dificultades en las negociaciones fue encontrarse con laboratorios que tenían algunas exigencias imposibles de cumplir, debido a que -reveló- afectaban la soberanía del Estado.

“Lo que se pedía eran unas garantías que afectaban la soberanía del Estado y, por consiguiente, eran inconstitucionales. Eso lo que hizo fue parar esa negociación, reiniciarla, Pero felizmente se pudo completar y eso sirvió para manejar situaciones similares que otros laboratorios planteaban”, refirió.

“Diría que fue difícil, pero finalmente se encontró una solución que estuviera acorde con los preceptos constitucionales y, al mismo tiempo, con la posibilidad de concretar la compra de las vacunas que necesitábamos”, sentenció.

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