Ceramistas, talladores y tejedores de la Benemérita Sociedad de Artesanos del Cusco dejaron sus oficios para sumarse al frente de batalla en 1879. Su legado de valor y arte perduran como símbolo de memoria y patriotismo en el corazón del país.
Cuando estalló la Guerra del Pacífico, en 1879, el país no solo movilizó a su Ejército, también convocó a su pueblo, en Cusco. Desde talleres, los campos y las aulas, miles de peruanos dejaron sus oficios y rutinas para convertirse en defensores de la patria.

Entre ellos estaban los integrantes de la Benemérita Sociedad de Artesanos del Cusco. Ceramistas, orfebres, talladores y tejedores dejaron sus herramientas, se organizaron y marcharon al frente en una gesta que resalta el amor por el Perú. Ángel Mamani, expresidente de la institución, recuerda cómo los artesanos cusqueños partieron a servir al país.
“La historia cuenta que la despedida fue casi cerca a San Sebastián, la zona de Marcavalle, ahí fue la despedida de los artesanos del Cusco incluso con sus esposas por detrás, cargado de sus wawas (bebé en quechua) y más que todo llevando los pertrechos de los soldados que fueron a la guerra y muchos ofrendaron sus vidas”, dijo.
En el altiplano de Puno se libró la Batalla de Zepita y en el cerro Los Ángeles, en Moquegua, se combatió en la Batalla de los Ángeles. En ambos escenarios las fuerzas peruanas se enfrentaron a las tropas chilenas y lograron frenar su avance hacia el sur andino, lo cual permitió que la resistencia nacional se reorganice.

Vestimenta de los artesanos en guerra
Los batallones estuvieron formados por artesanos cusqueños y estudiantes del Glorioso Colegio Nacional de Ciencias. El artesano Jaime Gil Collana describe las características prendas que vestían los valientes cuando partieron a la guerra, las cuales aún se utilizan en los desfiles por Fiestas Patrias.
“El varón lleva un quepí, una chaqueta, un pantalón, su fusil, sus alforjas de acuerdo a esa época. En cuanto a las damas ya también llevan sus ojotas, su indumentaria, su lliqlla, su blusa y su pollera”, señaló el artesano del Cusco.

Histórico local de la Plaza Mayor de Cusco
En la actualidad, la Benemérita Sociedad de Artesanos del Cusco agrupa a más de 70 maestros del arte popular, mantiene vivo el legado desde su sede en la Plaza Mayor, donada en honor al sacrificio de quienes lucharon por el Perú. Así lo señala Gregorio Vargas Palomino, presidente actual.
“La Benemérita Sociedad de Artesanos consiguió a raíz de que participó en la Guerra del Pacífico, por lo tanto, el presidente Andrés Avelino Cáceres nos ha donado esta propiedad, entonces a raíz de eso lo tenemos nosotros estos dos locales”, recordó.

Desde la Plaza Mayor del Cusco, donde se forja el arte, partieron al frente los que cambiaron sus manos creadoras por armas de defensa. A 150 años de su fundación, la Benemérita Sociedad de Artesanos del Cusco no solo conserva la tradición, también custodia la memoria de quienes respondieron al llamado de la patria.