Conoce a Ursula Kuczysnki, la tía de PPK que fue espía contra los nazis y que fue condecorada por el presidente ruso Vladimir Putin.
La familia del presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) incluye a todo tipo de personajes notables, pero quizás ninguna sea tan fascinante como su tía Úrsula: una espía alemana que trabajó para la Unión Soviética en su lucha contra los nazis. El escritor Jaime Bedoya hizo un perfil de ella en la edición del 14 de agosto de El Comercio, en la cual destaca que Vladímir Putin “puso a salvo el file de Kuczynski” mientras quemaba archivos confidenciales de inteligencia rusa en Berlín Oriental, durante su época como agente de la KGB. Su objetivo fue preservar su memoria antes de condecorarla en el 2000, en su primer año como presidente, como Superagente de la Inteligencia Militar Soviética
Cuando solo tenía 16 años, inspirada por su padre Robert René, inmigrante polaco en Berlín, Ursula Kuczynski se hizo miembro de la Liga Comunista Joven de su país (1923). Rápidamente, se convirtió en una de las líderes del partido y visitó la Unión Soviética por su décimo aniversario (1927), lo que hizo que el servicio de inteligencia del Reino Unido (MI5) le abra un expediente a su familia.
Espía soviética. Todo cambió en 1933, cuando Adolf Hitler fue nombrado canciller de Alemania e inició su régimen totalitario al que bautizó como el ‘Tercer Reich’. Era el inicio de la época del Partido Nazi en el poder, el cual significó, entre otras cosas, la persecución a los comunistas y judíos. Fruto de esta, Max Kuczynski, primo del padre de Ursula, huye al Perú junto a su familia para dedicarse a cuidar los enfermos de lepra y criar a un joven PPK. Robert Kuczynski huyó al Reino Unido dejando atrás a sus hijos: entre ellos Jürgen, futuro economista, Brigitte y la propia Ursula, apodada ‘Mausi’ (Ratoncita). Los tres llegarían a ser espías comunistas.
Entre 1930 y 1935, cuando Ursula y su esposo Rudolf Hamburger estaban establecidos en China, fue contactada por el mítico agente secreto soviético Richard Sorge, quien la reclutó para ser espía y le dio el nombre código ‘Sonja’ (nombre en ruso del roedor conocido como lirón). Bajo este alias comenzó a trabajar para la Unión Soviética e informar sobre lo que ocurría en esta región de China, entonces bajo ocupación japonesa, lo que le valió ser condecorada con su primera Orden de la Bandera Roja (1936). En 1935, fue reubicada en Polonia, donde se mantendría hasta 1938, cuando se movió a Suiza, un territorio neutral para el conflicto que estaba a la vuelta de la esquina: la Segunda Guerra Mundial.
Actividad desde Inglaterra. En tierras helvéticas entrenó a futuros agentes encubiertos a cargo de realizar labores peligrosas de espionaje en territorio alemán y mandó mensajes encubiertos hacia la Unión Soviética, los cuales siguen sin ser descifrados. Cuando la invasión nazi a Polonia comenzó (1939), ayudó a establecer la resistencia y en 1940, tras divorciarse de su esposo, se casó con el inglés Leon Beurton, otro agente soviético, supuestamente bajo órdenes de sus superiores con el objetivo de reubicarse en el Reino Unido. Allí se reencuentra con su padre y da a luz a su segundo hijo. El matrimonio entre ambos, pese a ser un arreglo entre espías, duró décadas.
Tras la captura y confesión de Richard Sorge y Alexander Foote, quien la contactó con Leon Beurton, como espías soviéticos, los ingleses comenzaron a vigilar a Kuczysnki y su esposo. La interrogaron y observaron, pero no descubrieron nada. Mientras tanto, ella retransmitía información hacia la Unión Soviética que sería fundamental para que la potencia comunista desarrolle su bomba atómica, gracias su relación con el científico alemán Klaus Fuchs (amigo de su hermano Jurgen). La asociación entre espía y científico (1941-49) fue fructífera hasta que este fue arrestado y confesó a los ingleses haber sido reclutado por los soviéticos mediante los Kuczynski. Sin embargo, ambos lograron huir a tiempo y Ursula volvió a Berlín (bajo el control soviético) en 1950.
Sus últimos años y el reconocimiento. A pesar de la presencia comunista al este de Berlín, la ciudad a la que llegó era otra. No existía el Partido Comunista de Alemania. Se alejó del espionaje, se dedicó a ser escritora e incluso ocupó puestos gubernamentales. Sus obras las publicó primero bajo el nombre de Ursula Beurton y luego como Ruth Werner. Sus historias, algunas para niños y otras sobre sus experiencias como espía, fueron un éxito, en especial su autobiografía ‘El reporte de Sonya’. En el año 2000, el de su muerte, Vladimir Putin la condecoró como Superagente de la Inteligencia Militar Soviética. Su cuerpo fue cremado tras su muerte y la ubicación de sus cenizas, como asi todos los detalles de su vida en algún momento, es clasificada.
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