Desde hace unas semanas, NIUSGEEK tiene a prueba al Blue Snowball, el micrófono USB de fácil instalación para usar con la PC en este tiempo de cuarentena.
Si hay algo que no soporto en las videollamadas, es el eco de las voces. Este efecto raro se produce por dos detalles importantes: el pequeño tamaño del micrófono alojado en las cámaras web del equipo, y la distancia a la que estamos de este receptor. Durante años, he venido usando micrófonos USB como equipo para este tipo de formatos y he vivido convencido que todo aquel que se dedique a clases online o a teletrabajo debería tener uno. En este tiempo de cuarentena es evidente que aquel que suena mejor prevalece por encima de la media. He tenido a prueba al Blue Snowball, el “primo” de los legendarios Blue Yeti.
Estas son las especificaciones del equipo:
Diseño retro bien cuidado. Los detalles de este equipo son encantadores. El logo “Blue” destaca sobre una malla extendida por casi todo el frente para proteger las bobinas. Sobre esta malla, tenemos un LED rojo que indica el estado del micro: encendido o apagado. Detrás tenemos los selectores de los patrones polares o “modos”: cardioide, cardioide -10db y omnidireccional. Al lado, tenemos el puerto USB.
La calidad es bastante buena, y sobre todo en la rosca inferior, construida en aluminio. El selector de patrones está hecho en plástico, pero sobresale de manera cómoda para un cambio rápido de manera lateral, a diferencia de los selectores circulares de los modelos Yeti.
Debes armarlo. A diferencia de los “Yeti”, que ya cuentan con su propio pedestal, este equipo debe ser ensamblado por el usuario. No es como armar un rompecabezas de arena y mar de 10 mil piezas. Es realmente simple y anda complejo. Sin embargo, lo menciono porque las piezas que trae no son, seguramente, las más cómodas para quien planea llevar este equipo a todos lados.
El pedestal tiene un brazo extensor y descansa sobre tres patas que se pliegan hacia abajo, en lugar de hacia arriba para reducir el espacio que ocupa. En la base, el equipo cuenta con una rosca con un leve sistema rotatorio para añadirlo a un brazo de micrófonos o pedestal estándar.
Capacidades de grabación. Los tres modos incluidos son, básicamente, lo único que necesitamos para sacarle provecho al Snowball. En el caso del cardioide (1), mantiene un equilibrio interesante en medios y un poco de graves.
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PRUEBA BLUE SNOWBALL
El brillo es ligeramente metálico, pero nada grave en términos generales. El modo -10db (2) limita el ingreso de ruido de fondo al reducir la ganancia total, y así poder trabajar un poco mejor en ambientes más ruidosos. El omnidireccional (3) levanta más el brillo, pero genera una leve latencia, casi como un “ping pong delay” realmente corto, si somos los únicos que hablamos.
Eso sí, en el modo cardioide es más sensible a las consonantes fuertes, como la “P”. Te recomiendo usar un filtro antipop.
Docilidad con todo tipo de software. He tenido la chance de usar este micro en llamadas de Zoom, de Skype, de Blue jeans, de Google Meet, de Webex y hasta de Facebook Messenger, y todo bien. He mandado audios de WhatsApp desde la PC y todo bien. He usado Audacity y Vegas con él, y todo bien. Le va a todo, sin problemas. Es realmente dócil.
Serias ausencias para el streaming. Las limitaciones más serias del equipo están en su limitada capacidad – desde mi perspectiva – para el retorno de audio. La primera es que no tenemos un conector para audífonos, y eso limita la manera en la que escuchamos la música o los comentarios en una transmisión.
No pude usar este Snowball para salir al aire en la radio porque no tenía cómo añadir retorno a mi señal. Puedes escuchar la voz de los demás si conectas un audífono a la salida de tu PC, pero tú no vas a poder escucharte en esa conversación. Si activas esa opción, escucharás tu voz tras unas fracciones de segundo y, créeme, es realmente incómodo.
La otra ausencia que encontré fue el MUTE. Este equipo no cuenta con un bloqueador físico de ingreso de señal, como sí tienen los “Yeti”. Para anular el micrófono, debes acceder al software de emisión y desactivar tu audio. No hay modo de tener un interruptor físico en este modelo, algo clave en el mundo del streaming.
¿Vale la pena?
Depende de quién lo use. Si buscas un equipo para mejorar tu audio en grabaciones, videollamadas y probar el registro de un instrumento, es ideal si vas a revisar el material después de haberlo grabado. Debido a la falta de un puerto para audífonos, tendrás que escuchar la referencia al finalizar la grabación. Como micrófono, es una belleza y registra tremendamente el sonido. Es el menor costo para una gran calidad, sobre todo porque no necesitas añadir una consola, un compresor, un preamplificador, parlantes y toda la parafernalia que un estudio requiere.
Como herramienta de trabajo, es ideal para quienes buscan ganar presencia en formatos con poco precio. Su diseño simple y portátil puede ser ideal para los que acostumbran a llevar sus propias cosas a todos lados para entrevistas o videos en otros ambientes. Si no encuentras el Yeti Nano, ve por él. Es difícil admitirlo, pero es la opinión más democrática que puedo tener sobre un producto que ya tiene varios años en el mercado, pero que tiene nuevos rivales en la misma familia.
* equipo cedido a préstamo por Logitech Perú desde el 10 de marzo hasta la publicación de la reseña
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