Si bien hoy se conocieron las novedades de Android 10, aún falta mucho para que esta versión de sistema operativo llegue a tu teléfono. Aquí te explicamos el proceso que implica actualizar un smartphone con Android.
Hoy ha sido liberada la nueva versión de Android, bautizada como Android 10. Esta décima versión – en realidad no es la décima, pero no queremos romper la magia – integra funciones que dejan como una seda la funcionalidad del software frente a otras versiones. Hoy Android se porta muy fluida en todos los aspectos. Y si bien ha sido anunciada la nueva versión, seguramente tu teléfono – a menos que tengas un Google Pixel – no recibirá actualización hoy… o mañana… o en meses. Mientras tanto, hay algunas cosas que debes saber, cuando intentes actualizar tu equipo a la nueva versión de Android.
¿Qué equipos se van a actualizar a Android 10?
Aun son pocas las marcas que han anunciado un rollout de manera eficiente. Nokia y Xiaomi han adelantado la llegada con calendario, pero las demás empresas han mantenido silencio sobre la implementación de esta versión. Algunas prefieren ponerse al día con su propia capa de personalización, mientras las demás marcas intentan ponerse al día con todo su catálogo.
¿Para qué anuncian un nuevo Android, si no lo vamos a tener hoy?
Antes que te enfurezcas con tu pobre smartphone, hay que entender que un proceso de actualización demora. Esta nueva versión es liberada para actualizar los equipos de más rápido acceso, como los Google Pixel Además, y gracias a estas nuevas opciones, hay acuerdos firmados por constructoras para evitar la fragmentación en el ecosistema Android, y disponen de “beta pública”, y así ir afinando el software hasta su versión final. En este acuerdo figuran equipos de Xiaomi, OnePlus, Sony y otras marcas con modelos de alta gama.
Otros sistemas beneficiados por este software serán Android One y Android GO, versiones de Android Stock para diferentes gamas y que se actualizan rápidamente desde los servidores de Google.
¿Cómo vamos con las versiones?
Hasta la aparición de Android 10, Google pudo controlar la cuota de sus versiones y centrar esfuerzos en Pie, la novena versión completa de la compañía. Este “postre” ha logrado lo que ninguna otra etapa del androide logró: adueñarse del primer lugar antes de su siguiente generación. Hasta el año pasado, y superando el 25% de torta. En este contexto, con la versión más reciente en la punta, llega el update.
Ok, voy a esperar mi actualización ¿Cuánto demora?
Mejor siéntate. Esto va a demorar.
Primero, Google desarrolla la versión. Casi siempre, las primeras versiones aparecen a inicio de año y solo está dirigida a ciertos desarrolladores y técnicos. Esta comunidad va revisando las novedades, sugiriendo cambios y reportando errores. Se trata de versiones sumamente inestables, y por eso no son masivas.
Luego se hace el anuncio de las novedades en eventos como el Google I/O, en California. Allí se muestra al mundo el potencial de esta nueva versión. También se libera una beta pública, a pocas semanas de esa reunión.
Esta versión llega a su liberación, así como la de ahora. Llega a diferentes equipos compatibles para su descarga y a nivel mundial. Sin embargo, hay otro camino a partir de este punto.
Las constructoras obtienen el software. Piensa en Samsung, LG, Xiaomi, Sony, Motorola, cualquiera menos algunos. Ellos deben volcar esta versión a su catálogo nuevo, aún en construcción, para implementar las novedades en los futuros dispositivos. Además, tienen que aplicar esta versión de manera retroactiva a todo su catálogo existente – o, por lo menos, a su catálogo reservado para ese update -.
Aquí viene la parte pesada para las marcas, porque deben probar esta versión en todos los teléfonos y sus variantes por mercado. Por ejemplo, hay equipos que no tienen radio, pero que en otros países sí la llevan por un tema legal. Algunos equipos son muy parecidos, pero uno tiene dual SIM y el otro no. Así se mueve el mercado, y hay que probar esto en cada uno de los equipos.
Aquí se descartan los casos de consumo excesivo de batería, o incompatibilidad del software de la cámara con nuevas herramientas, o problemas con el driver del wifi. Debe probarse cada detalle, antes de dar el OK. Una vez que se prueban todos, todo va bien y se termina el trabajo de homologación, comienza otro camino.
Las operadoras móviles reciben el software de cada marca y cada teléfono del catálogo. Aquí las pruebas de homologación pasan por compatibilidad de antenas, de conectividad, de herramientas de la operadora sobre sistema, entre otras. Esto añade plazo a la actualización. Algunos equipos no pasan la prueba y no reciben updates nunca. Otros, luego de varios meses de prueba regional, nacional y por operadora, reciben un update masivo de manera controlada por región. Primero un país, luego el otro, y así hasta que llega a tu teléfono comprado hace un año y medio. Sí, a veces pasa un año y medio.
Esto es relativo a la marca, el modelo, la operadora y otros factores. Pero, con un poco de suerte, tu teléfono se actualiza.
No, no quiero esperar ¿Qué puedo hacer?
Aquí la trama se complica. Puedes optar por algunas soluciones:
Compra un Pixel. Recuerda que no se comercializa en Latinoamérica, pero puedes conseguirlo con importadoras locales, o aprovechar un viaje y conseguir uno. Las actualizaciones llegarán a tu teléfono siempre.
Compra teléfonos desbloqueados. Si bien no está garantizado el update, la etapa de operador no la vas a vivir cuando se libere la actualización.
Aplica root. NO LO RECOMIENDO. Esto te permite tomar control del núcleo de Android para instalar lo que te plazca: versiones raras, ROMs de tu equipo, todo. NO LO RECOMIENDO. Ya desde el desbloqueo del boot, tu equipo pierde la garantía. NO LO RECOMIENDO.
Usa un iPhone. A diferencia de Android, iOS tiene un sistema envidiable de actualizaciones directas. No tienes que esperar entre el anuncio del software y la liberación de este. Nada.
Comparte esta noticia