Una actualización de Google Chrome para Android afectará a millones de usuarios que no podrán seguir utilizando este navegador en sus teléfonos, debido a la finalización del soporte.
Una reciente actualización de Google Chrome para Android podría afectar a más de 60 millones de dispositivos activos, debido a la finalización del soporte de este navegador para versiones previas a KitKat 4.4, como JellyBean 4.1 o 4.3. De esta manera, Google intenta garantizar el correcto funcionamiento de su suite en la mayoría de los dispositivos activos en el mundo.
De acuerdo con XDA, el soporte para Chrome de Android será detenido en Jelly Bean, y los usuarios que mantengan su smartphone o Tablet en esa versión no contarán con las actualizaciones y parches de seguridad que se implementan constantemente. Esto, seguramente, es parte de la estrategia de Google para reducir la enorme fragmentación de la plataforma más usada del mundo.
Jelly Bean apareció en 2012 con varias innovaciones, entre las que destaca el inicio de Google Now, el primer asistente de búsqueda. Esta versión de Android cuenta con una adopción de 3.2% a nivel global, superando a Ice Cream Sándwich 4.0 y Gingerbread 2.3 (ambos con 0.3% del total). Hasta ahora, la versión de Android más usada a nivel global es Nougat (7 y 7.1) con el 30.8% de cuota de mercado. La última versión masiva ha sido Oreo 8.0 y cuenta con el 14.6% de participación, mientras que Android Pie 9.0 aún no despega.
La fragmentación de Android es un fenómeno que ocurre dentro de las versiones, debido a la irregularidad en la distribución de las nuevas actualizaciones. La cadena de desarrollo parte desde Google, quienes se encargan de la confección de cada instancia dentro del software. Luego, esta versión de desarrollo es distribuida a las empresas constructoras, quienes basan el funcionamiento de sus dispositivos en las características de la nueva versión, y adaptan su catálogo existente a las nuevas funciones. Luego de ser probada de manera interna, cada constructor envía su versión modificada de Android a las empresas de telefonía que distribuyen a nivel regional los smartphones entre sus usuarios, y esta versión pasa por pruebas de homologación para los sistemas de telecomunicaciones. Apenas esta prueba se termina, se distribuye a los usuarios finales. Esta cadena suele ser muy lente, y varios dispositivos del mercado pueden dejar de funcionar sin tener una actualización.
Contra este fenómeno, Google intenta mejorar su distribución. Para eso, convoca a betas públicas con diferentes constructores y usuarios que deseen instalar la versión más reciente para enviar feedback valioso en el desarrollo. Además, las aplicaciones más importantes cuentan con actualizaciones independientes, sin interesar la versión del teléfono. Entre esas herramientas, se encuentra Google Chrome. El usuario de Jelly Bean tiene dos caminos: el primer es conseguir un teléfono que tenga una versión más reciente. De preferencia, una que esté ubicada entre Nougat y Oreo, para permitir que el equipo pueda tener mayor tiempo de vigencia para actualizaciones. El otro camino es usar otro navegador que soporte esa versión de Android. De momento, uno de los más confiables es Firefox para Android, que permite el uso en Jelly Bean 4.1.
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