Una interesante propuesta del Museo Nacional de San Carlos, en México, permitió a los usuarios intercambiar emojis por obras clásicas mediante las cuentas de redes administradas por el museo.
Las artes siguen encontrando su espacio en la Internet de hoy, la que se adapta a los torrentes de información. Ya no solo requieren un espacio de exhibición, sino que buscan maneras eficientes y originales para impactar. Lo vimos con Art and Culture y su aplicación Art Selfie, y ahora el Museo Nacional de San Carlos es el que ha encontrado una divertida fórmula para vincular obras clásicas a la nueva generación.
Se trata de la iniciativa “EmojixArte”, una campaña que contó con más de 2000 interacciones en Facebook y Twitter, durante el 14 de setiembre pasado. La dinámica era simple: cuando un usuario enviaba un tuit o comentario a las redes sociales del museo con un Emoji, las personas encargadas de la administración enviaban de vuelta una de las 2030 obras que el Museo ostenta. Cada respuesta incluía una obra que replicaba el Emoji enviado por los usuarios.
Bajo los HT #Los50deSanCarlos y #EmojixArte, las redes sociales comenzaron a viralizar las respuestas emitidas por las cuentas del Museo. Incluso, otros recintos comenzaron a sumarse a la iniciativa. Esta dinámica forma parte de las celebraciones por los 50 años de creación del Museo Nacional de San Carlos en México, cuya colección de arte europeo abarca obras entre los siglos XIV y XX.
¿El Emoji es arte?
Los “Emojis” llegaron para quedarse, y articularse a nuestra manera de comunicarnos. El japonés Shigetaka Kurita fue el encargado de diseñar los primeros 176 pictogramas, a pedido de la agencia de telecomunicaciones NTT DoCoMo. Con el tiempo, la propuesta de emojis evolucionó tanto, al punto de bordear los 3000 gráficos, según Unicode.
Tal ha sido el impacto de este sistema en la cultura popular, que no solo hemos tenido una película basada en la interacción de estas gráficas. El propio Museo de Arte Moderno de Nueva York montó una galería en la puerta del recinto. En palabras de Paul Galloway, del departamento de Arquitectura y Diseño de MOMA, “son una muestra poderosa de la capacidad que tiene el diseño para alterar el comportamiento humano”
Comparte esta noticia