Agente especial de la DEA robó más de $ 420 mil en drogas y dinero, reemplazando evidencia con falsificaciones impresas en 3D para no ser descubierto.
Un ex agente de la Administración para el Control de Drogas (DEA) fue sentenciado a 17 años y medio de prisión por orquestar un elaborado esquema criminal que incluyó el robo sistemático de drogas incautadas, las cuales reemplazaba ingeniosamente con réplicas fabricadas mediante impresión 3D para evitar ser descubierto, indicó la agencia AP.
James Darrell Hickox, de 38 años, quien se desempeñaba como oficial de la Oficina del Sheriff del Condado de Nassau y agente especial de la DEA, se declaró culpable en mayo de 2024 de múltiples delitos federales que incluyen conspiración para distribuir narcóticos, fraude contra Estados Unidos y evasión fiscal.
Sofisticado sistema para robar droga incautada
La investigación reveló que entre 2017 y 2023, Hickox desarrolló un sofisticado sistema para sustraer evidencia incautada, incluyendo más de 450 kilos de marihuana, cocaína y fentanilo. En uno de los casos más llamativos, el ex agente llegó a fabricar una réplica de un kilo de cocaína utilizando una impresora 3D, la cual roció con una pequeña cantidad de droga real para que pareciera auténtica durante las pruebas de laboratorio.
Las autoridades descubrieron la verdadera magnitud de sus actividades ilícitas durante un allanamiento a su residencia, donde encontraron 263 gramos de una mezcla de fentanilo y cocaína, además de armas que debían estar en custodia como evidencia. En su oficina del Sheriff también se hallaron 260 píldoras de metanfetaminas.
El esquema criminal no solo incluyó el robo de drogas. Hickox admitió haber obtenido más de 420 mil dólares por la venta de narcóticos incautados, dinero que ocultó al Servicio de Impuestos Internos (IRS). Para encubrir sus actividades, manipulaba sistemáticamente las bolsas de evidencia, sustrayendo dinero en efectivo y resellándolas con firmas falsificadas.
Durante la audiencia de sentencia, Hickox intentó justificar sus acciones citando un diagnóstico de cáncer y el temor a no poder mantener a su familia. Sin embargo, la jueza Wendy Berger rechazó estos argumentos, señalando que "como oficial juramentado, deshonró a la aplicación de la ley y participó en conductas que rompieron la confianza pública".
El caso de Hickox representa el castigo más severo impuesto hasta ahora en una serie de investigaciones que han resultado en cargos contra más de 20 agentes y oficiales de la DEA en años recientes. El padre del ex agente sugirió al medio local WJXT que la naturaleza del trabajo, que implica tratar constantemente con informantes criminales y estar rodeado de grandes cantidades de dinero y drogas, contribuyó al descenso de su hijo hacia la criminalidad.
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