La cirugía consiste en ´raspar´ el área enferma de los huesos que forma la articulación de la rodilla donde coincide el fémur y la tibia.
¿No sería ideal que un cirujano pudiera ver donde termina un hueso enfermo y donde comienza el sano? Ahora es posible gracias a Mako, un brazo robótico que con precisión milimétrica elimina el área enferma de la articulación de la rodilla y evita así un implante total a causa de una osteoartritis.
La cirugía consiste en “raspar” el área enferma de los huesos que forma la articulación de la rodilla donde coincide el fémur y la tibia, y colocar dos implantes en forma de castillos de metal para suplantar el cartílago destruido por la artritis. El Dr. Richard Levitt del Doctors Hospital de Miami explica que con esta técnica se conserva el hueso intacto y eso permite al paciente someterte más adelante a un reemplazo total de rodilla, si fuera necesario.
“Con Mako podemos ver exactamente donde termina el hueso enfermo y donde comienza el sano. Nos muestra el tejido enfermo en color verde, pero a medida que se pule, éste se vuelve blanco permitiendo que el médico elimine exactamente lo que necesita: ni menos ni más”, Explica el Dr. Levitt. Luego de la operación y tras un poco de terapia, el alcance del movimiento debe ser al menos tan bueno como antes de la enfermedad, o incluso mejor, subraya.
Antes la única opción posible para tratar a los pacientes era un reemplazo total de rodilla, una cirugía que los médicos prefieren postergar los más posible debido a que el implante se desgasta en 10 ó 15 años. Ahora, el robot Mako brinda una opción menos invasiva para tratar el problema en pacientes menores de 50 años.
Luego de la operación y tras un poco de terapia, el alcance del movimiento debe ser al menos tan bueno como antes de la enfermedad, o incluso mejor, subraya el Dr. Levitt.
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