Una investigación analiza el caso de una joven embarazada con leucemia que transmitió el mal a su bebé. La placenta ejerce una barrera eficaz, por lo que la transmisión es muy rara.
Una mujer japonesa transmitió células cancerosas a su hija durante el embarazo, según un estudio británico, que documenta así el primer caso de ese tipo de transmisión en el útero, calificado de extremadamente raro por los científicos.
La japonesa, que tenía 28 años cuando dio a luz, falleció posteriormente debido a complicaciones médicas durante el tratamiento a que fue sometida por su leucemia.
En el caso de su hija, sin embargo, que tiene ya casi tres años, la enfermedad está en proceso de remisión, según los médicos.
El análisis de las células cancerosas tanto de la madre como de la hija fue llevado a cabo por científicos del Instituto de Investigaciones sobre el Cáncer de Sutton (Surrey, Inglaterra), y los resultados se publican en la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences.
Es la primera vez que se determina con certeza que un cáncer se transmitió en el útero de una madre al feto, aunque se han registrado otros casos de madres que comparten el mismo tipo de cáncer con su descendencia, normalmente leucemia o melanoma, según el profesor Mel Greaves, quien dirigió la investigación.
Los análisis efectuados por los científicos británicos demostraron que las células leucémicas de madre e hija tenían el mismo gen canceroso mutado.
Los investigadores lograron establecer primero que la hija no había heredado ese gen de la madre y analizaron luego cómo las células cancerosas pudieron neutralizar el sistema inmunológico de la niña.
Así descubrieron que el sistema inmunológico de la criatura no pudo reconocer las células cancerosas como elementos extraños y atacarlas consecuentemente.
"Parece que en este, y en otros casos similares, las células cancerosas de la madre cruzaron la placenta, entraron en el feto y consiguieron implantarse allí porque resultaron invisibles al sistema inmunológico", explica Greaves, quien insiste en que se trata de algo extremadamente raro.
Otro científico británico, el profesor Peter Johnson, de Cancer Research UK, calificó el hallazgo de importante y dijo que "es una prueba más de que los cánceres necesitan burlar al sistema inmunológico antes de poder desarrollarse".
"Si conseguimos alertar al sistema inmunológico de la presencia de células cancerosas, tal vez logremos desarrollar nuevos tipos de tratamiento", agregó Johnson.
-EFE-
La japonesa, que tenía 28 años cuando dio a luz, falleció posteriormente debido a complicaciones médicas durante el tratamiento a que fue sometida por su leucemia.
En el caso de su hija, sin embargo, que tiene ya casi tres años, la enfermedad está en proceso de remisión, según los médicos.
El análisis de las células cancerosas tanto de la madre como de la hija fue llevado a cabo por científicos del Instituto de Investigaciones sobre el Cáncer de Sutton (Surrey, Inglaterra), y los resultados se publican en la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences.
Es la primera vez que se determina con certeza que un cáncer se transmitió en el útero de una madre al feto, aunque se han registrado otros casos de madres que comparten el mismo tipo de cáncer con su descendencia, normalmente leucemia o melanoma, según el profesor Mel Greaves, quien dirigió la investigación.
Los análisis efectuados por los científicos británicos demostraron que las células leucémicas de madre e hija tenían el mismo gen canceroso mutado.
Los investigadores lograron establecer primero que la hija no había heredado ese gen de la madre y analizaron luego cómo las células cancerosas pudieron neutralizar el sistema inmunológico de la niña.
Así descubrieron que el sistema inmunológico de la criatura no pudo reconocer las células cancerosas como elementos extraños y atacarlas consecuentemente.
"Parece que en este, y en otros casos similares, las células cancerosas de la madre cruzaron la placenta, entraron en el feto y consiguieron implantarse allí porque resultaron invisibles al sistema inmunológico", explica Greaves, quien insiste en que se trata de algo extremadamente raro.
Otro científico británico, el profesor Peter Johnson, de Cancer Research UK, calificó el hallazgo de importante y dijo que "es una prueba más de que los cánceres necesitan burlar al sistema inmunológico antes de poder desarrollarse".
"Si conseguimos alertar al sistema inmunológico de la presencia de células cancerosas, tal vez logremos desarrollar nuevos tipos de tratamiento", agregó Johnson.
-EFE-
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