Reportes señalan que el contrato para el uso de ChatGPT, producto de OpenAI, deja al usuario desvalido ante acciones legales de terceros.
ChatGPT sigue siendo el motor que empuja la tendencia de la Inteligencia Artificial Generativa, la nueva tecnología de creación de contenidos en base a prompts con resultados cada vez más eficientes. Tras un auspicioso debut con 100 millones de usuarios en el primer mes de disponibilidad, el sistema ha ganado tracción en el segmento de creación de contenidos, y ese podría, justamente, ser uno de los elementos más problemáticos para los usuarios en un futuro. Todo por no leer las condiciones de uso en el acuerdo que cada usuario firma.
Un reciente reporte de Lance Eliot para Forbes destaca algunos detalles escondidos en las condiciones de uso dentro del contrato que cada usuario acepta al darse de alta en servicios de OpenAI. El autor, un especialista en ética y derecho en IA, recomienda que los usuarios de ChatGPT tomen medidas para minimizar estos riesgos, como la contratación de un seguro de responsabilidad civil.
El artículo también propone la necesidad de una mayor transparencia y responsabilidad en la industria de la IA para proteger tanto a los usuarios como a los desarrolladores de tecnologías en este campo.
ChatGPT y la "indemnización" por daño a terceros
Eliot destaca un elemento importante en temas de “daños a terceros”, en caso el uso del software de OpenAI pueda afectar a una empresa desde distintas perspectivas: derechos de autor, uso indebido de assets originales, suplantación y otros. En ese punto, el colaborador de Forbes adjunta esta sección del contrato:
“Artículo 7. Indemnización; Renuncia de Garantías; Limitaciones de Responsabilidad: (a) Indemnización. Usted nos defenderá, indemnizará y eximirá de responsabilidad a nosotros, a nuestros afiliados y a nuestro personal, de y contra cualquier reclamo, pérdida y gasto (incluidos los honorarios de abogados) que surjan de o estén relacionados con su uso de los Servicios, incluido su Contenido, productos o servicios que desarrolla u ofrece en relación con los Servicios, y su incumplimiento de estos Términos o violación de la ley aplicable”.
En simple: si OpenAI es demandada por uso indebido de sus productos por parte de terceros, es el usuario el que debe ser el responsable legal. Esto implica la cobertura de gastos de representación por parte del usuario en beneficio de OpenAI. Sí, tendrías que pagar por la defensa de OpenAI ante tribunales y cubrir los honorarios legales.
ChatGPT: eres dueño de lo que te dice
En temas específicos de propiedad intelectual, el articulo hace referencia a los acuerdos por contenido, y se centra en la sección 3 del contrato:
"Sección 3. Contenido: (a) Tu contenido. Puedes proporcionar información al Servicio (‘Entrada’), y recibir la salida generada y devuelta por el Servicio en base a la Entrada (‘Salida’). Entrada y Salida se denominan colectivamente ‘Contenido’. En cuanto a las partes y en la medida permitida por la ley aplicable, eres dueño de toda la ‘Entrada’. Sujeto a tu cumplimiento con estos Términos, OpenAI te asigna todos sus derechos, títulos e intereses en y a la ‘Salida’. Esto significa que puedes usar el Contenido para cualquier propósito, incluyendo fines comerciales como venta o publicación, si cumples con estos Términos. OpenAI puede usar el Contenido para proporcionar y mantener los Servicios, cumplir con la ley aplicable y hacer cumplir nuestras políticas. Eres responsable del Contenido, incluyendo la garantía de que no viola ninguna ley aplicable ni estos Términos."
En resumen, eres el dueño de lo que ChatGPT “te diga”, aunque la empresa puede usar esas “entradas” – tus pedidos al sistema – para mantener el servicio y defenderse ante la ley. Sin embargo, es el usuario el que debe estar atento de que su contenido no viole derechos de autor.
Esto no es nuevo
Está claro que todos los servicios web añaden cláusulas de protección para evitar complicaciones futuras. Para Eliot, esto es muy frecuente en el mercado tecnológico: “Esto es, digamos, habitual. Probablemente no se dio cuenta de que era así. Tampoco es probable que alguna vez se haya encontrado realmente sujeto a la cláusula de indemnización”.
Lo interesante de esto es que el auge de esta tecnología podría provocar, en un futuro no tan lejano, una serie de casos asociados a defensa de la propiedad intelectual o acusaciones por violaciones de derechos. Ya desde ahora, diversas empresas que desarrollan IA generativa de imagen vienen siendo criticadas por artistas que han detectado parte de su obra en las sugerencias del servicio.
Es importante destacar que la IA generativa es una herramienta para optimizar el trabajo, pero que recurre a diversas fuentes para generar esa petición. En algunos casos, la creación de contenidos o programación de código puede tomar referencias en trabajos preexistentes, y es responsabilidad de cada usuario el investigar sobre posibles coincidencias, sobre todo en un terreno tan prolífico como el arte audiovisual.
Comparte esta noticia