Las nuevas baterías basadas en zinc se podrán distribuir en todo el cuerpo del robot en geles no tóxicos y reciclables.
Científicos de la Universidad de Michigan han creado baterías biomórficas que permiten a los robots almacenar energía como los humanos: en reservas de grasa.
De acuerdo con el equipo, estas nuevas baterías hechas con zinc, en vez de las de litio, pueden aumentar considerablemente la densidad de energía.
“Estimamos que los robots podrían tener 72 veces más capacidad de energía si sus exteriores fueran reemplazados por baterías de zinc, en comparación con tener una sola batería de iones de litio”, Mingqiang Wang, primer autor de un artículo sobre la investigación publicado hoy en la revista Science Robotics.
"Los diseños de robots están restringidos por la necesidad de baterías que a menudo ocupan el 20 por ciento o más del espacio disponible dentro de un robot, o representan una proporción similar del peso del robot", dijo en un comunicado Nicholas Kotov, profesor de ingeniería en la Universidad de Michigan y líder investigador del proyecto.
“No tenemos un solo saco de grasa, que sería voluminoso y requeriría una transferencia de energía muy costosa”, agregó Kotov. "El almacenamiento de energía distribuida, que es la forma biológica, es el camino a seguir para los dispositivos biomórficos altamente eficientes".
La batería pasa iones de hidróxido entre un electrodo de zinc y el aire a través de una membrana especial recubierta de “nanofibras de aramida”. Estos materiales se encuentran en chalecos de Kevlar y geles de polímeros a base de agua, y son en gran parte no tóxicos y más ecológicos. Reemplazarlos no solo sería relativamente barato, sino que los investigadores dicen que también podrían reciclarse fácilmente.
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