Se trata del LHCb, el experimento creado por el Centro Europeo de Investigación para conocer qué ocurrió tras el Big Bang, la explosión de hace 14.000 millones de años.
Un experimento del CERN ha conseguido plantear el desafío más riguroso conocido hasta la fecha sobre los principios del modelo estándar de la física de partículas, la teoría que describe las relaciones entre las interacciones fundamentales conocidas entre las partículas que componen la materia.
Se trata del LHCb, el experimento creado por el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) para tratar de conocer qué ocurrió tras el Big Bang, la gran explosión que hace 14.000 millones de años permitió a la materia sobrevivir en el origen del universo, en detrimento de la antimateria, y construyó el mundo.
Sus responsables presentaron, en una conferencia en La Thuile (Italia), los resultados de unas pruebas en las que se midieron procesos extremadamente raros en la física de partículas, en concreto un patrón de deterioro de una partícula conocida como mesón Bs, cuya medición es uno de los desafíos de la física.
Conocer con exactitud su grado de deterioro o descomposición arrojará luz sobre la parte del universo que no se conoce, es decir, la que no es descrita en el modelo estándar de la física de partículas y que corresponde descifrar a lo que los científicos definen como la Nueva Física, un campo casi inabarcable.
Hasta ahora, el modelo estándar ha sido una teoría de éxito que ha superado sin mácula numerosos experimentos en las últimas décadas, pero los científicos coinciden en que está incompleta.
De hecho, responde únicamente de lo que ocurre en el 4 % del universo que se considera a la vista de la astronomía moderna, por lo que queda un 96 % aún desconocido que puede contravenir sus principios sobre el por qué y el cómo de la materia.
Avanzar en este terreno, indicaron los responsables del experimento LHCb, dependerá de que eventuales interacciones de la materia se manifiesten de manera directa, mediante la producción de nuevas partículas en laboratorio, o de forma indirecta, con el estudio de procesos físicos raros como los constatados ahora.
"Los resultados en el LHCb sobre el deterioro del mesón Bs nos hacen avanzar en nuestro conocimiento del modelo estándar hasta un nivel sin precedentes y nos dice cuánta Nueva Física podemos esperar, a causa de deterioro tan raro", manifestó el portavoz del experimento, Pierluigi Campana.
El LHCb es un detector de partículas, un instrumento altamente especializado diseñado de manera específica para estudiar los mesón B de corta vida y analizar sistemáticamente su deterioro.
Los autores del experimento subrayaron que es un primer paso que invita a pensar en nuevos modelos teóricos y que ayudará a plantear nuevas búsquedas en todos los experimentos vinculados al Gran Colisionador de Hadrones, el acelerador de partículas que es la "joya de la corona" del CERN.
EFE
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