Bajaj de India y BMW de Alemania emergen como potenciales salvadores de KTM, cuya desaparición sería un golpe devastador para la industria europea.
El mayor fabricante de motocicletas de Europa, KTM, acaba de protagonizar lo que podría considerarse la "mayor salvada" de su historia. Los acreedores de la compañía austriaca aprobaron ayer un crucial plan de reestructuración financiera que evita, por ahora, su liquidación inmediata. Sin embargo, la batalla por la supervivencia apenas comienza: la empresa tiene hasta el 23 de mayo para reunir 600 millones de euros y pagar el 30% de su deuda en efectivo.
La situación es extremadamente crítica. KTM arrastra una deuda colosal de 2,250 millones de euros, a lo que se suman otros 150 millones necesarios para reactivar la producción en su planta de Mattighofen, paralizada desde hace meses. Si el plan de reestructuración no hubiera sido aprobado, los acreedores habrían recuperado apenas el 14.9% de su inversión.
Bajaj y BMW como salvadores
El gigante indio Bajaj, que ya tenía participación en KTM, ha confirmado una inversión de hasta 150 millones de euros para el rescate. Pero la noticia más sorprendente es el interés de BMW Motorrad en adquirir parte de la compañía. Según medios austríacos, la firma alemana podría trasladar la investigación, desarrollo y producción a Múnich, mientras que el ensamblaje se movería a India, a través de TVS, socio indio de BMW.
Este movimiento pondría en grave riesgo hasta 4,500 puestos de trabajo en Austria, convirtiendo a la región de Mattighofen en una potencial "ruina industrial". La presión para que BMW tome el control parece significativa, con entidades como Oberbank, cuyo presidente tiene vínculos con el Grupo BMW, instando a la firma alemana a concretar la operación.
El rescate ha desatado también una batalla legal. Un fondo estadounidense llamado Whitebox lidera un grupo de acreedores que propone un plan alternativo que les permitiría recuperar el 45% de su inversión en lugar del 30%, además de obtener una participación del 20% en la empresa. Sin embargo, la legislación austriaca otorga mayor poder a los accionistas en las reestructuraciones, permitiendo que la familia Bajaj y Stefan Pierer, CEO de KTM, mantengan el control por ahora.
La importancia de KTM trasciende lo puramente económico. Con una producción anual de más de 380 mil motocicletas, la marca es un símbolo de la industria europea y un pilar fundamental del motociclismo de competición. Su presencia en MotoGP, su dominio en el Dakar con GasGas y su éxito en offroad con Husqvarna la han posicionado como un referente mundial.
La crisis también ha afectado su estrategia de patrocinio. Red Bull, uno de sus principales socios, ha reducido su apoyo tras el fallecimiento de su fundador, Dietrich Mateschitz, limitando el margen de maniobra de KTM en competición.
En los próximos tres meses, KTM enfrentará la carrera más importante de su historia: conseguir los fondos necesarios para evitar la quiebra y sentar las bases para un futuro sostenible.
Comparte esta noticia