El ébola, la rabia y el síndrome respiratorio agudo y grave son algunos de los más de 100 virus diferentes con los que conviven los murciélagos sin que se enfermen.
Los murciélagos son los principales sospechosos de contagiar el ébola a los humanos; sin embargo, los científicos creen que estos mamíferos podrían darnos información valiosa sobre cómo combatir esta infección, tras el peor brote de esta enfermedad en la historia.
El ébola, la rabia y el síndrome respiratorio agudo y grave son algunos de los más de 100 virus diferentes con los que conviven los murciélagos sin que se enfermen, esto los convierte en una reserva temible de la enfermedad, pero también abre la posibilidad de que los científicos investiguen cómo mantienen a raya un virus como el ébola.
“Si podemos comprender cómo lo hacen, entonces eso podría llevar a mejores formas de tratar infecciones que son altamente letales en personas y otros mamíferos”, señala Olivier Restif, investigador de la Universidad de Cambridge en Reino Unido.
Un análisis genético de los murciélagos sugiere que la capacidad que tienen para evitar el ébola puede estar vinculada con su otra habilidad: volar. Los expertos piensan que los murciélagos han desarrollado un mecanismo que limita el daño causado por el estrés que provoca volar, teniendo partes de su sistema inmune permanentemente conectadas.
Los científicos que estudian el ébola han sospechado que los murciélagos de la fruta son el huésped natural de este letal virus.
Como se sabe, el ébola alcanza Liberia, Sierra Leona y Guinea y ha cobrado unas 5.000 vidas, lo que refleja fallos en salud pública.
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