Pese a este desperfecto, provocado por un pájaro, el acelerador de partículas del CERN será inaugurado a mediados de noviembre, tal como estaba previsto.
El acelerador de partículas del CERN (el Laboratorio Europeo de Física de Partículas) arrancará a mediados de noviembre, como estaba previsto, a pesar de un pequeño incidente causado esta semana por un trozo de pan que cayó sobre su transformador eléctrico.
Una portavoz del CERN, el organismo situado en Ginebra, informó hoy a Efe de que el pasado martes "un trozo de pan, que creemos que transportaba un pájaro, cayó sobre el transformador eléctrico del acelerador".
Ello provocó un cortocircuito en esa instalación que se encuentra en el exterior (a diferencia del acelerador en sí, que está situado en un túnel circular de 27 kilómetros, bajo la frontera franco-suiza), causando el calentamiento de dos de sus sectores.
Además, el incidente provocó una interrupción del sistema criogénico del acelerador de partículas, agregó la portavoz, que destacó que los dos sectores afectados ya han sido enfriados hasta su temperatura operacional.
El incidente, según los portavoces del CERN, no ha cambiado para nada los planes de poner en marcha de nuevo, hacia mediados de noviembre, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), el mayor acelerador de partículas jamás construido, después de estar más de un año parado por una grave avería ocurrida a los 10 días de arrancar en septiembre de 2008.
Tras filtrarse el incidente del trozo de pan, con la consiguiente alarma por lo que parece una maldición para "el mayor experimento científico del siglo", el CERN ha querido minimizarlo y tomárselo con humor.
Por ello, en un corto comunicado emitido hoy para dar cuenta de lo sucedido, y titulado "Incidente Pan-Pájaro en el LHC", el CERN explica que "el pájaro salió ileso, aunque perdió su pan".
Según los planes actuales, y después de haber sido reparado durante 14 meses, el CERN tiene previsto volver a hacer circular por el túnel del acelerador el primer haz de partículas hacia mediados de noviembre y efectuar un primer periodo de colisiones a baja energía.
Tras unas cuatro semanas- aunque no se puede calcular exactamente el tiempo debido a la complejidad del proceso- los científicos planean llevar a cabo las primeras colisiones de partículas a alta velocidad, lo que se espera para mediados de diciembre o en enero.
Pero los servicios de prensa del organismo ya han advertido a los periodistas que deseen cubrir este evento -las colisiones a una energía de 3,5 TeV- que "dada la imposibilidad de confirmar la fecha exacta" es posible que tengan que pasar entre uno y tres días en el CERN.
La expectación ante el re-encendido del acelerador se mantiene intacta a pesar de todos los problemas, porque una vez el LHC funcione a pleno rendimiento, producirá cientos de millones de choques frontales de partículas a una velocidad próxima a la luz.
En ese momento se recrearán los instantes posteriores al Big Bang, lo que dará informaciones claves sobre la formación del universo y confirmará o rebatirá la teoría estándar de la física, basada en el bosón de Higgs.
La existencia de esa partícula, que debe su nombre al científico que hace 30 años predijo su existencia, se considera indispensable para explicar por qué las partículas elementales tienen masa y por qué las masas son tan diferentes entre ellas.
-EFE-
Una portavoz del CERN, el organismo situado en Ginebra, informó hoy a Efe de que el pasado martes "un trozo de pan, que creemos que transportaba un pájaro, cayó sobre el transformador eléctrico del acelerador".
Ello provocó un cortocircuito en esa instalación que se encuentra en el exterior (a diferencia del acelerador en sí, que está situado en un túnel circular de 27 kilómetros, bajo la frontera franco-suiza), causando el calentamiento de dos de sus sectores.
Además, el incidente provocó una interrupción del sistema criogénico del acelerador de partículas, agregó la portavoz, que destacó que los dos sectores afectados ya han sido enfriados hasta su temperatura operacional.
El incidente, según los portavoces del CERN, no ha cambiado para nada los planes de poner en marcha de nuevo, hacia mediados de noviembre, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), el mayor acelerador de partículas jamás construido, después de estar más de un año parado por una grave avería ocurrida a los 10 días de arrancar en septiembre de 2008.
Tras filtrarse el incidente del trozo de pan, con la consiguiente alarma por lo que parece una maldición para "el mayor experimento científico del siglo", el CERN ha querido minimizarlo y tomárselo con humor.
Por ello, en un corto comunicado emitido hoy para dar cuenta de lo sucedido, y titulado "Incidente Pan-Pájaro en el LHC", el CERN explica que "el pájaro salió ileso, aunque perdió su pan".
Según los planes actuales, y después de haber sido reparado durante 14 meses, el CERN tiene previsto volver a hacer circular por el túnel del acelerador el primer haz de partículas hacia mediados de noviembre y efectuar un primer periodo de colisiones a baja energía.
Tras unas cuatro semanas- aunque no se puede calcular exactamente el tiempo debido a la complejidad del proceso- los científicos planean llevar a cabo las primeras colisiones de partículas a alta velocidad, lo que se espera para mediados de diciembre o en enero.
Pero los servicios de prensa del organismo ya han advertido a los periodistas que deseen cubrir este evento -las colisiones a una energía de 3,5 TeV- que "dada la imposibilidad de confirmar la fecha exacta" es posible que tengan que pasar entre uno y tres días en el CERN.
La expectación ante el re-encendido del acelerador se mantiene intacta a pesar de todos los problemas, porque una vez el LHC funcione a pleno rendimiento, producirá cientos de millones de choques frontales de partículas a una velocidad próxima a la luz.
En ese momento se recrearán los instantes posteriores al Big Bang, lo que dará informaciones claves sobre la formación del universo y confirmará o rebatirá la teoría estándar de la física, basada en el bosón de Higgs.
La existencia de esa partícula, que debe su nombre al científico que hace 30 años predijo su existencia, se considera indispensable para explicar por qué las partículas elementales tienen masa y por qué las masas son tan diferentes entre ellas.
-EFE-
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