La administración de la proteína MIS, clave en el desarrollo de órganos sexuales, puede mejorar la supervivencia de mujeres con cáncer recurrente de ovario.
El uso de una terapia génica para administrar una proteína que suprime el desarrollo de los órganos reproductivos femeninos puede mejorar la supervivencia de mujeres con cáncer recurrente de ovario tal y como se ha probado en ratones, señala un estudio publicado este lunes por PNAS.
Expertos del estadounidense Hospital General de Massachusetts lograron eliminar en ratones el crecimiento de tumores de ovario resistentes a la quimioterapia, para lo que les inyectaron una versión modificada de una proteína, la MIS, imprescindible para el desarrollo sexual.
Aunque no todos los tumores en los que se ensayó -crecidos a partir de células injertadas de pacientes- respondieron al tratamiento, los investigadores también han descrito una manera no invasiva de examinar células cancerosas "in vitro".
"Nuestros descubrimientos son importantes porque en la actualidad no hay opciones terapéuticas para los cánceres de ovario recurrentes y resistentes a la quimioterapía", indicó David Pepin, autor principal del estudio.
Durante el desarrollo embrionario los tejidos en los embriones macho secretan la proteína conocida como sustancia inhibidora de Müller (MIS) para impedir la maduración del canal de Müller, que de otra manera daría lugar a órganos reproductivos femeninos.
Aunque estudios previos habían demostrado que el MIS suprimía el crecimiento del cáncer de ovario al tener como objetivo la células madre del cáncer que sobreviven a la quimioterapia, no se había logrado producir la cantidad suficiente de proteínas de alta calidad para los ensayos preclínicos.
El actual estudio emplea una forma modificada del gen del MIS para generar una proteína de alta pureza y eficacia, que se combina con un vector conocido como AAV9 para hacerla llegar a la cavidad peritoneal, un lugar común donde cáncer de ovario recidiva.
La eficacia de esa versión modificada del MIS junto al vector AAV9 fue probada en ratones a los que se les indujo tumores al implantarles células cancerosas de cinco pacientes.
El resultado fue "un inhibición significativa del crecimiento de los tumores que habían sido generados con células de tres de los cinco pacientes".
"Puesto que la respuesta a la terapia génica con el MIS no es la misma para todos los pacientes, será importante analizar, en primer lugar, el tumor de cada paciente para asegurar que responderá" al tratamiento, indicó Pepin.
EFE
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