Un exdesarrollador de software, creó un malware que dejó sin acceso a miles de empleados de Eaton Corporation tras su despido. Un jurado lo declaró culpable y enfrenta hasta 10 años de prisión.
Un jurado federal en Cleveland declaró culpable a Davis Lu, de 55 años, un desarrollador de software, por sabotear los sistemas de la empresa donde trabajaba. Su ataque afectó a miles de usuarios, y ahora enfrenta una pena máxima de 10 años de prisión.
Lu trabajó desde 2007 en la empresa de gestión energética Eaton Corporation. En 2018, tras una reestructuración corporativa, sus responsabilidades fueron reducidas y su acceso a los sistemas restringido. Molesto por esta situación, en agosto de 2019 comenzó a introducir malware en la red de la compañía con el objetivo de generar caos.
El sabotaje de Lu incluyó varias estrategias. Escribió un programa en Java que generaba un "bucle infinito", haciendo que los servidores consumieran todos sus recursos hasta colapsar, impidiendo que los empleados pudieran iniciar sesión en sus cuentas.
También eliminó archivos de sus compañeros y desarrolló un "interruptor de seguridad" denominado IsDLEnabledinAD ("Is Davis Lu enabled in Active Directory?"), que bloquearía a todos los empleados si su usuario era eliminado.
El colapso tras su despido
El 9 de septiembre de 2019, cuando Lu fue despedido, su código malicioso se activó automáticamente y dejó sin acceso a la red a miles de empleados en todo el mundo, generando pérdidas por cientos de miles de dólares. Antes de devolver su computadora de la empresa, también borró datos cifrados y trató de eliminar registros de sistemas.
Los investigadores encontraron código malicioso firmado con su usuario en un servidor de desarrollo interno en Kentucky, y su historial de búsqueda reveló consultas sobre cómo escalar privilegios, ocultar procesos y borrar archivos rápidamente. Finalmente, en octubre de 2019, Lu admitió ante agentes federales haber causado los problemas informáticos, pero aun así se declaró inocente en el juicio.
El jurado, sin embargo, no quedó convencido y el 7 de marzo de 2025 lo encontró culpable de causar daños intencionales a computadoras protegidas. Ahora enfrenta una pena máxima de 10 años de prisión, cuya fecha de sentencia aún no ha sido fijada.
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