NIUSGEEK somete a prueba un Samsung Galaxy Z Flip, el primer smartphone de pantalla plegable que se comercializa en Perú. Tras unas semanas de uso, esta es nuestra opinión.
Confieso que hace tiempo no me entusiasmaba tanto por un teléfono como con el Z Flip, el primer Samsung “Galaxy” de pantalla flexible que se convierte en algo más pequeño que un smartphone, una categoría explorada por Motorola con el “RAZR” y que abrió un nuevo camino a los equipos plegables. Tras algunos meses de espera, ya tengo en mi bolsillo este nuevo dispositivo de Samsung que vimos en el lanzamiento global del S20 Ultra, y estas son mis impresiones.
Estas son las especificaciones del Z Flip:
Una nueva forma de usar el teléfono
El diseño es uno de los puntos destacados del equipo. Al ser la primera vez que uso un smartphone de pantalla flexible como teléfono principal, he tenido que cambiar mi rutina tradicional de uso y adaptarme al equipo en varias situaciones. Tras unas semanas de uso, puedo decir que ha sido al revés: el equipo se ha adaptado muchas veces a mí, y cada vez que lo uso me parece estar más cerca de un modelo que me convence.
Si vemos el tema concreto de diseño externo, nos atrapa. Ya la manera en que se abre llama la atención de todo el mundo. Los primeros miedos desaparecen rápidamente cuando notamos la seguridad con la que el equipo despliega la pantalla interna y la retrae al cerrar.
Cerrado, el equipo es realmente maniobrable y cómodo de llevar. Son varias veces las que he tenido que tocar el bolsillo para saber que estaba aun conmigo. Los botones de volumen invierten su función con la tapa cerrada, así que realmente vas a subir el volumen con el botón que usas para bajar cuando la tapa está cerrada.
Estos botones de volumen y el sensor de huellas – que también se usa como botón de bloqueo – son colocados en la parte superior del equipo. Esto ha representado una molestia en algunos casos, pues la estabilidad del agarre está en la parte de abajo por naturaleza.
El control de un teléfono que se pliega hacia arriba descansa en la base, y este equipo lanza los controles a la parte de arriba, haciendo que uno deba estirarse un poco más respecto a la posición inicial para abrirlo. Cuando lo abres, pones el agarre un poco más abajo por la naturaleza misma del equipo, pero luego debes dar un segundo salto para manejar los botones.
Cuando tenemos el equipo desplegado ya nos olvidamos de la bisagra y los elementos distractores. El mecanismo de apertura es muy suave, y se puede cerrar con una mano sin problemas. Abrirlo con una mano sí es más complicado, porque tenemos un sistema menos amable para esa técnica, además del miedo de dejar caer al piso un equipo de 6000 soles en mercado local.
Entenderás que merece darle más espacio al diseño, por ser uno de los elementos más llamativos de la reseña. Debo concluir que, lamentablemente, es el equipo que más rápido se ensucia. Solamente verlo ya le deja 5 huellas dactilares. Te volteas y ya está sucio. Es lo peor del diseño. Un acabado matte hubiese corregido este asunto. Pero eso le hubiera quitado demasiado protagonismo al Z Flip.
La bisagra como capítulo aparte
Es otro punto que merece un espacio distinto, debido a que es parte esencial de esta tendencia. Los primeros desarrollos que vimos en Samsung, Huawei, Royole y otras marcas apuntaban a un esquema que desplegaba un smartphone de tamaño regular a una pantalla de Tablet.
En este camino, tal y como Motorola desarrolló en su modelo “razr”, Samsung redirige el esfuerzo a algo más masivo y sencillo de usar. Sin embargo, al ser una primera generación, las dudas caen sobre el sector que no conocemos del todo: la bisagra.
No quiero ir a la parte técnica, pues ya hemos elaborado mucho material sobre eso en otras notas de NIUSGEEK, así que compartiré mi experiencia en este punto, como parte de esta prolongada convivencia:
Es una bisagra muy sólida. No en el sentido de que sea difícil de abrir, sino que se queda abierto en distintos ángulos para mejorar la experiencia de consumo de contenido. La apertura de esta bisagra en varios niveles es muy estable sobre una mesa, y no se cerrará sola. Nunca.
El cierre es eficiente. Incluso cerrando el equipo con una mano, sin soporte de la otra, el borde de la pantalla amortiza el cierre para evitar daños en pantalla. A partir de una apertura casi total, el equipo se extiende automáticamente para mostrar el panel.
La separación entre las pantallas. Al estar cerrado, el equipo no permite que el panel choque. No es una falla en el diseño, sino un sistema de precaución para que el panel se exponga a golpes.
El pliegue es evidente y se siente en los dedos. Es innegable que eso suceda. Tus dedos van a sentir un bache en esa parte de la pantalla, y nadie va a ocultar que eso suceda. Es como creer que le vas a pasar el dedo a un libro y no vas a sentir la unión de las hojas al medio de la lectura. En ese caso, no te fijas en esa separación cuando lees, y lo mismo ocurre con el teléfono. Ya te lo explico en la parte de la pantalla, pero es la parte que menos tocarás en este equipo, y te acostumbras rápido a ese bump.
Lo mejor de la pantalla no es que se doble
Eso me quedó clarísimo cuando empecé a usar el Z Flip como equipo principal. La calidad de la pantalla es tremenda, y olvidas en pocos segundos que tiene una bisagra al medio. Con la cantidad de luz que el panel emite, y la calidad de imagen que tenemos al frente, esa unión desaparece sin lamentos.
Sin embargo, estamos ante un panel un poco más largo por la relación de 21.5:9 que recién destaca cuando vemos algo en Netflix o YouTube. Con este largo de pantalla, el corte sacrifica el contenido de manera preocupante. Estirar un video 16:9 – tradicional en estos tiempos de HDTV – provoca demasiado corte a la imagen. Incluso los formatos 18:9 ya tienen un ligero margen de pérdida.
Acá debemos evadir el juego del “huevo y la gallina”. La culpa no es ni de Samsung ni de las plataformas. Es algo cuyo soporte debe establecerse desde el software y, en ese punto, las amistades de Samsung con Google y Netflix deberían trabajar en beneficio del usuario. Ya de eso hablaré después.
Para terminar con el tema de la pantalla, debo decir que en ningún momento los bordes se me hicieron anchos, pese a que son evidentemente más abundantes. Eso hace que la experiencia con la pantalla sea siempre más segura, y protege de golpes esa parte de la bisagra.
Y respecto a la pantalla, no puedo dejar de mencionar el tema de la capa de plástico sobre el equipo y el cuidado que uno debe tener. La tecnología Ultra Thin Glass (un vidrio realmente delgado que se protege con una capa de plástico) aun está en sus primeros momentos de desarrollo para consumidor final.
Debo decir que me he manejado con cuidado, que no he puesto la uña ni me he atrevido, siquiera, saber hasta qué punto una llave puede hacerle daño. No soy Jerry Rig Everything ni quiero llegar a su nivel. Solo diré que no se ha dañado en mi uso diario, y el mantener el equipo cerrado le da una enorme protección a la pantalla.
¿Y la pantalla pequeña?
Tengo aun sentimientos encontrados con este panel. Tiene sus detalles, pero a veces me cuesta entender el sacrificio de Samsung para poner algo que no podía ser mejor implementado.
¿Qué podemos hacer con esa pantalla? Pues algunas tareas que no necesitan de a activación total del equipo:
Ver con un doble tap la hora, el día y el nivel de batería.
Reproducir, pausar y cambiar canciones.
Contestar y colgar llamadas.
Viewfinder para la cámara – ya llego a eso pronto –
Recibir notificaciones de apps.
La única configuración que podemos realizar sobre este panel es el ajuste del brillo, y es un ajuste que debe ser realizado manualmente. Recuerda eso en la noche cuando la luz del pequeño panel ilumine el cuarto. En la configuración de brillo de pantalla puedes ajustar la intensidad.
El espacio no otorga mucho margen de maniobra, al parecer para gestos verticales, y solo podemos hacer movimientos de izquierda a derecha. Sin embargo, hace un buen trabajo al trasladar las notificaciones del equipo a este pequeño panel. De momento, y debido a la resolución de este, solo tendremos cuatro íconos en la pantalla.
De momento, solo he visto tres ventanas: la izquierda es de notificaciones, la central es la que muestra la hora, y la de la derecha se usa para controlar la multimedia. Con la app de cámara tendremos una más.
Tip: Pon Spotify en la PC y sincroniza la reproducción con tu teléfono. Cierra la tapa y controla cada track que escuchas en la PC desde la pequeña pantalla del Z Flip con un solo toque. Hermoso control remoto.
Un esmerado software que aún tiene deudas
Este equipo corre bajo Android 10 y la capa de personalización One UI 2.1, pensada específicamente para este teléfono. Además de la experiencia homogénea de Samsung con One UI en todo su catálogo, el Z Flip tiene varios elementos que, por su naturaleza híbrida, han sido añadidos por defecto, como las aplicaciones adaptivas a la pantalla partida.
Cuando usamos el equipo con la pantalla desplegada a la mitad, casi como un espejo de mano, la aplicación de cámara se adapta a esa posición ajustando el recuadro al corte impuesto por la bisagra. Esto sucede igual con YouTube y con la galería de fotos, que adaptan el contenido a esa porción de pantalla y hacen la experiencia de consumo algo más cómodo.
Es ahí donde Samsung tiene deudas. De acuerdo con una conversación que tuvimos con el team Samsung Perú durante el evento digital del lanzamiento en mercado peruano, nos dijeron que están trabajando con otros partners en el desarrollo de otros entornos que se adapten al Z Flip.
Por ejemplo, tener la chance de usar Netflix a pantalla partida para ver trailers en la parte superior y seguir haciendo scroll dentro de la app desde la pantalla de abajo. O el aprovechamiento del espacio para mensajes multimedia de WhatsApp o la visualización en Outlook. El universo de opciones es grande, pero dependen de los acuerdos de Samsung con otras marcas y el desarrollo de estos entornos en conjunto.
Al ser un equipo Samsung, contamos con una pantalla Edge que nos permite superponer aplicaciones sobre el entorno nativo de Android, algo que resulta útil con la pantalla partida.
La experiencia justa de cámaras
En el tema de cámaras, nos encontramos con una pareja de lentes de 12MP colocadas al lado de la pantalla externa, pero de distinta naturaleza. Sentí que volvía a usar el S10e, y eso no es nada malo.
Aquí nos encontramos con un producto muy “Samsung”, y es algo que debo agradecer, porque la innovación no sacrificó la manera en que la surcoreana gestiona la imagen. En términos de balance de color, contraste y detalle, estamos ante una experiencia balanceada.
Muchas de las herramientas que encontramos en casi todas las versiones de Samsung – efecto dinámico, video dinámico, cámara lenta, modo noche, single take – están en este equipo. No tenemos, eso sí, el potente lente de 108MP del S20 Ultra.
¿Qué encontré de útil en este apartado durante mi experiencia de uso? Pues algunas cosas que voy a explicar:
La pantalla externa. Este pequeño panel se transforma en viewfinder o visor para poder tener una imagen de lo que los lentes pueden capturar, incluso con el equipo cerrado. Basta darle doble clic al botón de bloqueo, y encenderemos la cámara con el dispositivo en “modo sapito”, y cambiar de lente con un gesto lateral sobre ese panel. Esto sirve de mucho si quieres tomar fotos muy rápidas, incluso con gestos aéreos como la palma estirada. Es muy útil, pero las fotos salen cuadradas.
Un modo “Camcorder” al que me acostumbré. Casi siempre me cuesta mantener el pulso parta las tomas cuando agarro el teléfono de manera horizontal. Con este equipo, sin embargo, se me hizo más fácil plegarlo para grabar video, un hábito que he notado frecuente en mis grabaciones. El equipo, en L, me permite no girar tanto la muñeca y coger el Z Flip como si agarrara un vaso, haciendo el uso más cómodo. En este modo, puedo activar el viewfinder para que alguien más, frente a mí, pueda verse en ella para ubicarse mejor en la toma.
La “manito”. Poner el teléfono en una superficie y activar el viewfinder, o usar la cámara delantera, me permite usar la mano como “botón de acción” para las fotos. Basta con levantar la mano frente al lente para poder accionar esta función. Esto, sumado al desenfoque dinámico, genera un efecto notable para fotos y videos.
El giro en grabación. Esta nueva versión de One UI nos entrega un método de cambio de cámara cuando estamos grabando video, y permutar entre el lente selfie y el principal sin detener la grabación, algo que encontré realmente útil antes de subir historias a Instagram.
Es una cámara tradicional de smartphone de Samsung, y la pongo casi a la altura del S10 del año pasado. Eso esta bien, porque tenían ya un sensor sobresaliente. En este caso, el valor agregado lo entrega la forma única del equipo, que nos da más rango de acción para mejorar nuestras tomas. Así de simple.
El smartphone de “una etapa más”
Ojo que estamos ante un procesador un poco más potente que el Note 10 Plus del 2019, aunque con la RAM del modelo más pequeño. Esta combinación nos entrega, en este formato nuevo, un teléfono realmente competente. Rápido en reacción – la memoria UFS 3.0 nos permite velocidades extraordinarias de transferencia y ejecución – y eficiente para la multitarea. Todo bien.
Para juegos, no hay problema alguno. Mis juegos favoritos han corrido de manera dócil, y no ha habido una sola intención de recalentamiento en el uso.
Las llamadas tienen un lado raro. Por un lado, puedo colgar al cerrar la tapa y la sensación es hermosa. Cuando contesto la llamada sin abrir el teléfono y usando la pantalla externa, se activa el speaker. Eso esta bien, hasta que abro el teléfono para pegar el auricular a mi oreja y la llamada sigue en speaker.
Falta ahí un elemento de continuidad que el hábito genera. Además, si cerras a modo “sapito”, cuelgas la llamada y no hay forma de configurar para cambiar a speaker o, por lo menos, aun no la encuentro.
Si bien el sistema de huella dactilar es eficiente, me encanta abrir el equipo y que el sensor delantero haga el reconocimiento facial tan rápido. Así siento que, al abrir el equipo, ya tengo el acceso a lo que necesito.
Respecto a la conectividad, lamentablemente la cuarentena me ha confinado a casa y he salido poco con el equipo. Sin embargo, las pocas veces que salí tuve la chance de mantenerme conectado y ubicado sin problemas.
Tenemos una bocina en la parte inferior del equipo, así que el sonido no es estéreo. Eso sí, es realmente ruidoso, aunque empuja demasiado las frecuencias agudas. En bluetooth, no hay un solo problema de conexión con parlantes o audífonos.
Ahora. El asunto importante de esto: ¿Por qué esta sección se llama “una etapa más”? Porque hay una etapa más en todo el hábito de uso. Si quieres usarlo, debes abrirlo. No hay otra forma. A diferencia de un doble tap en pantalla o el sensor de huella bajo panel, que nos deja usar el equipo sin levantarlo de una mesa, aquí estamos obligados a agarra el equipo y abrirlo. Son muy pocas las excepciones, y es por eso que es importante que entiendas desde ahora que esto es un aprendizaje que lleva tiempo.
¿Es fácil de adaptarse? Sí. Al final, el uso de smartwatches o bandas ayuda a no abrir tanto el equipo, y la gestión de las apps mediante una PC de escritorio en tiempos de cuarentena nos ha ayudado a variar nuestras costumbres. Creo que es un smartphone que ha llegado en el momento en donde todos, a la fuerza, estamos cambiando uno o varios hábitos. Para uno más hay espacio.
Los miedos disipados sobre la autonomía
Sin duda, mi miedo inicial era la vida de la batería, tanto por un formato nuevo como por la métrica (3300 mAh). Tras dos semanas de uso, el equipo se ha portado más que justito, y he logrado interesantes tiempos de pantalla.
Obviamente los hábitos de carga han variado en este periodo de pandemia, pero traté de ser lo más honesto conmigo mismo para no correr al enchufe o ponerlo en un cargador inalámbrico mientras trabajaba.
Tenemos una carga de 15W, carga inalámbrica y un sistema de carga reversible para gadgets pequeños. Eso sí, el detalle de la carga en la pantalla pequeña es muy coqueto.
¿Vale la pena?
Por un lado, tenemos un teléfono que va a jalar todas las miradas posibles, que cuenta con un diseño innovador, que se comporta como un equipo de gama alta, que tiene un gran combo de cámaras para el uso promedio y que es distinto a todo lo que hemos reseñado.
Por otro lado, tenemos un equipo que no tiene resistencia al agua, que puede sufrir daños severos con una mala manipulación de pantalla, que requiere una curva de aprendizaje distinta para el usuario, que tiene un precio alto y que sigue siendo una primera versión.
Creo que el gran valor agregado de este equipo está en lo que representa para cada usuario. Para crear contenido, es uno de los más versátiles que vas a encontrar. Para consumir contenido, la promesa de Samsung es mantener el desarrollo de nuevas soluciones adaptadas a este estilo.
No es un equipo que recomendaría a todos, pero es uno que podría recomendar a quien realmente lo quiere. Al final de cuentas no es un equipo que se adapta a todas las condiciones, sino un equipo al que hay que aprender a adaptarse. Ese compromiso no es para cualquiera.
* Equipo cedido a préstamo por Samsung Perú desde el 14 de mayo hasta la publicación de esta reseña
Comparte esta noticia