Pokémon Go no se juega en el sofá sino en calles, parques, playas y otros enclaves del mundo real, que aparecen reflejados en la pantalla del jugador y donde se ocultan los personajes ficticios.
La fiebre de Pokémon Go sigue en pleno apogeo y los lugares donde siguen apareciendo estas pequeñas criaturas no paran. Este miércoles se encontró un Pikachú en un noticiero y de inmediato la noticia se hizo viral, como ha sucedido con todas las noticias sobre este tema. Sin embargo, se ha lanzado una lista que crece cada día que pasa donde los Pokémon son considerados ‘no gratos’.
Muy popular. El videojuego de realidad aumentada es todo un éxito pese a que no ha sido liberado oficialmente en todo el mundo. Solo Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda gozan del juego que ha llamado la atención desde su lanzamiento y que ha originado una serie de inconvenientes.
Pokemones non-gratos. Algunos lugares históricos en Estados Unidos y otras partes de mundo han informado que no quieren ser parte del mundo Pokémon y han declarado a las criaturas como non-gratas.
El Museo de la Memoria del Holocausto en Estados Unidos. "Jugar el juego no es apropiado en el museo, que recuerda a las víctimas del nazismo. Estamos tratando de averiguar si podemos excluir al museo del juego", dijo el director de comunicaciones Andrew Hollinger, a la prensa local.
El campo de concentración de Auschwitz, en Polonia. La presencia de jugadores en el campo tratando de buscar pokemones es una "falta de respeto a la memoria de la víctimas del campo de concentración y exterminio de la Alemania nazi de muchas formas", consideró su portavoz Pawel Wasicki.
El cementerio nacional militar de Arlington, Virginia (EE.UU.). Si alguien es encontrado en el recinto tratando de cazar pokemones será visto como un acto "inapropiado", advirtió su portavoz Stephen Smith.
El Centro Médico Académico, AMC, un hospital de Ámsterdam (Holanda). "Sí hay un Pokémon enfermo en el AMC, pero lo estamos cuidando bien. Por favor no vengan a visitarlo", dijo la institución en un tuit.
La estación de policía de Darwin, en el norte de Australia. Fue la primera institución que advirtió públicamente a jugadores que no se los dejaría entrar al recinto en busca de Pokémones.
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