En Progamer revisamos y probamos la versión Founder Edition de la nueva tarjeta gráfica insignia de NVIDIA. Conoce a detalle este dispositivo en una reseña realizada por Erich García.
Porque más vale tarde que nunca y gracias a NVIDIA GeForce Latinoamérica tenemos por fin el review del nuevo buque insignia de esta compañía.
Sin una real competencia directa en la gama alta de tarjetas gráficas, NVIDIA ha lanzado su nueva serie 2000 prometiendo estar a prueba del futuro, es decir, preparadas para las nuevas tecnologías que adoptarán no sólo los videojuegos, sino los profesionales del video. En palabras de su CEO, Jen-Hsun Huang, la nueva 2080ti es el pináculo de las tarjetas gráficas o el mítico “santo grial”, pues con ella se logrará -o al menos eso promete- los hasta el momento casi utópicos 60 fps en resolución 4K.
Pero, ¿realmente será cierto esto? Y sobre todo, ¿a qué costo?
Especificaciones
Arquitectura | Turing |
GPU | TU102 (12 nm FFN) 4352 CUDA Cores 544 Tensor Cores 68 RT Cores 68 SMs / 272 TUs / 88 ROPS |
Base Clock | 1350 MHz |
Boost Clock | 1635 MHz |
Memoria | 11 GB GDDR6 |
Total de Ancho de Banda | 616 GB/s |
Bus de Memoria | 352-bit |
Salidas de video | 3 x DisplayPort 1.4a – 8K @ 60 Hz
1 x USB Type-C (Virtual Link) Adaptador de DisplayPort a DVI incluido |
Refrigeración | 2 Ventiladores de 90 mm |
TDP | 260W |
Interfaz | PCI Express 3.0 x16 |
Alimentación | 2 x PCIe 8 pines |
Dimensiones | Largo: 28 cm Alto: 13 cm Grosor: 4 cm |
Peso | 1.34 kg |
Características
De lo primero que podemos notar a simple vista es el cambio en el grosor de la 2080 ti FE frente al diseño de la anterior serie. Se ha reemplazado la ventilación tipo blow por una de doble ventilador de 9 cm cada uno, algo que siempre se había pedido por las evidentes limitaciones del primer tipo de refrigeración. Esto también está permitiendo llegar a mayores frecuencias de OC de fábrica, gracias al GPU Boost 4.0, adaptando de manera dinámica las frecuencias en base al uso y temperatura. El detalle está en que ocupa dos slots. por lo cual es necesario anticipar esto si piensas incluirlo en tu build.
Otra de las novedades es la inclusión de un puerto USB-C compatible con Virtual Link, de modo que a través de una sola conexión sea posible transmitir datos (video y sonido) y energía a dispositivos como gafas de Realidad Virtual. También puede cargar tus dispositivos que tengan ese tipo de conexión.
Fuera de ello, notamos que hay 3 conexiones DisplayPort 1.4, capaces de llegar a las todavía utópicas resoliciones 8K; además de una HDMI 2.0b con resolución máxima de 4K @60fps. Si extrañas las conexiones más antiguas, la tarjeta viene incluida con un adaptador de DisplayPort a DVI.
El backplate ha cambiado de un color negro a uno de color gris, manteniendo el diseño de aluminio que le da una apariencia premium. Este backplate protege los pads térmicos ubicados detrás.
En la vista lateral notaremos la conexión NVLink x8 que nos permite lograr configuraciones SLI 2-way y los conectores dobles de 8 pines para alimentación de la gráfica. Vale recordar que para esta ocasión el TDP es de 260W siendo optimizado a 250 en las versiones custom.
Antes de instalarla, pensé por un momento que no tendría la iluminación led en verde en el logo de la tarjeta, pero felizmente era sólo que el color de los leds no es, a diferencia de la edición pasada, de color blanco que ilumina un panel en verde, sino de leds verdes reales.
Un diseño sobrio, pero bonito al mismo tiempo y mantienen la estética de la versión Founder's.
Pruebas
Pero de nada sirve una tarjeta que estéticamente se vea bien si es que no se prueba su poder con juegos. Para esto vamos primero a detallar la configuración usada para tales fines:
Motherboard | Asus Z170i Pro Gaming |
Procesador | Intel Core i5 6600k @4.7 GHz (OC) |
Tarjeta Gráfica | NVIDIA GeForce RTX 2080 ti Founder's Edition |
RAM | Corsair Dominator Platinum 3200 MHz 16 GB (2 x 8 GB) |
PSU | Corsair RM750 80 Plus Gold (Modular) |
Pruebas sintéticas
Para empezar, partamos evaluando con los resultados de 3D Mark, uno de los más confiables en cuanto a benchmarks se refiere. Se tomará en cuenta el graphic score, que en líneas generales debería estar relativamente cerca de lo que suelen mostrar otros reviews, con la única diferencia concreta en la Silicon Lottery (posibilidad de que te toque hardware con ligeramente mejor desempeño final debido a factores no controlables en su proceso de fabricación).
La diferencia que podemos notar en el FireStrike es de 24% frente al de una 1080 ti, mientras que en el Time Spy, la diferencia se amplía hasta en un 46%. Evidentemente, esto no quiere decir que en todas las situaciones la diferencia real esté en esa magnitud, sino que esto puede variar dependiendo del tipo de juego que se esté ejecutando.
Metodología para pruebas en juegos
La mayoría de ocasiones, los resultados en los que nos solemos fijar son los de los fps promedio, que si bien nos dan una referencia, no nos muestran el panorama completo de la experiencia gráfica de un videojuego.
Sucede que no sólo es importante un frame rate alto, sino también estable, puesto que de lo contrario, sentiremos pérdidas bruscas de fluidez de juego, debido a la caída del frame rate. Es por ello que si tenemos un juego que corra a 30 fps estables sentiremos una mejor fluidez que uno que vaya a 40 fps pero con caídas bruscas. La pregunta es ¿cómo identificamos eso?
Existen valores mínimos del framerate que se descubren al analizar el frame time, o en lenguaje sencillo, el tiempo que transcurre entre una imagen y otra al ser procesada y proyectada. Esos valores son conocidos como los LOW, que en realidad son valores percentilares mínimos a los que podría caer el frame rate: 1% Low y 0.1% Low.
¿Qué herramienta o aplicativo podemos usar para medir esto? Existen varias, pero una de las más usadas es FRAPS, la cual usaremos para esta ocasión.
Pruebas en juegos
Todas las pruebas se realizaron con el más reciente driver de NVIDIA a la fecha, el cual al cierre de esta edición sigue siendo la versión 416.34, la cual salió el 11 de octubre del 2018. Frente al driver anterior, el desempeño del juego se ha optimizado notablemente.
Es interesante ver que ni siquiera la nueva RTX 2080 ti puede llegar a los 60 fps estables en configuración máxima, al ser Assassin's Creed Odyssey un juego tan demandante. Pero como quería probar el juego a 60 fps en 4K, me atreví a hacer algunos cambios en la configuración del juego para poder hacerlo. Es así que logré finalmente el objetivo desactivando el antialiasing y las nubes volumétricas, además de bajando algunas características a la configuración Ultra High.
El desempeño era más bajo con los anteriores drivers, por lo que se agradece que hayan ido optimizando de ambas partes (NVIDIA y Ubisoft) el desempeño del juego, aún con lo demandante que es.
Pero veamos qué es lo que sucede con juegos como Destiny 2.
A diferencia de Assassin's Creed Odyssey, al ser Destiny un shooter con un componente cooperativo y competitivo, es mucho más recomendable disfrutar del juego en una configuración 1440p (2K) o en el peor de los casos a 1080p. En ambos, el framerate sigue siendo bastante alto y estable, sobre todo a 1080p en los que, desactivando el antialiasing y el VSync, el juego se mantiene en unos sólidos 144 fps.
Probemos con otro menos competitivo, pero exigente y cargado de acción como Doom. Nuevamente y como estamos haciendo con todos, probaremos la configuración 4K en Ultra.
Algo que no se suele mostrar son las caídas de frames ocasionales, lo que sí permite ver un resultado percentilar (los Lows). Mientras que la 1080 ti tiene caídas fuertes, la 2080 ti mantiene su alto framerate en la máxima configuración.
Hay que recordar que Doom ofrece un límite de 200 fps, por lo que aún siendo más poderosa, la 2080 ti no hubiese podido mostrar más de esa cifra. También es importante recordar que el monitor que tenemos es de 144Hz, por lo que visiblemente no se podrían notar más de 144 fps.
Con Battlefield 1, es otra la historia. NVIDIA no parece haber pulido muy bien el desempeño de sus drivers para este juego, teniendo Lows algo bajos. El framerate promedio y los lows mejoran a 1440p, como podremos ver en la gráfica a continuación.
Sin duda, a 1440p, el frametime de la 2080 ti mejora considerablemente. No sucede lo mismo con la 1080 ti que sigue teniendo un Low bastante bajo.
Conclusiones
Para el lector convencional, probablemente las tablas y gráficos no digan mucho, pero si queremos un resumen simple, éste sería que la RTX 2080ti es sin duda la tarjeta gráfica más poderosa del mercado.
Por primera vez, una tarjeta gráfica logra llegar (y no en pocos juegos) a los soñados 4K y 60 fps a la vez, usando opciones gráficas en nivel Ultra, sin tener que depender de otra en conexión SLI. Juegos modernos como el recientemente estrenado Assassin’s Creed Odyssey, corren en máxima resolución y a un framerate estable (aunque haciendo algunos tweaks para lograrlo). Juegos como Destiny 2 pueden ser disfrutados a unos sólidos 144 fps no sólo en 1080p sino incluso a 1440p. Doom es otro de los títulos que incluso a 1440p superan los 144 fps (y en teoría llegan a más de 200, aún cuando por el monitor que tengo no lo puedo percibir, ya que es de 144hz). Ni qué decir de juegos como Overwatch.
Pero las características estrella como el RTX (ray tracing) y DLSS (deep learning super sampling) todavía no se encuentran implementadas en la gran mayoría de videojuegos, por lo que al cierre de esta edición, y tomando en cuenta que cuesta aproximadamente, a precio de los Estados Unidos, casi un 70% más, se me hace muy difícil recomendar su compra ahora mismo, sobre todo si ya cuentas con una tarjeta gráfica de gama alta de la serie 1000. Sólo se me ocurre recomendarla en caso que fueses muy entusiasta y, evidentemente, contar con más de 1200 dólares en el bolsillo (o tarjeta) para poder solventar el costo.
Después de todo la tecnología seguirá ahí, y salvo que ocurriese algo similar a la ola de criptominería que tuvo el precio de las RAM y las tarjetas gráficas por las nubes, lo más probable es que con el tiempo baje de precio.
CALIFICACIÓN PROGAMER: 4/5
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