El actor mexicano, que integró el elenco de “El Chavo del 8”, recordó las complicadas situaciones en las que se vio envuelto cuando participó del programa de Chespirito.
En “El Chavo del 8”, Édgar Vivar contaba con dos retos mayores: dar vida al ‘Señor Barriga’, dueño de la vecindad, y a su hijo ‘Ñoño’. Pero más allá del desafío actoral, había situaciones que le complicaban el trabajo.
El actor mexicano comentó al programa “Tu-Night” que sus ingresos incrementaron gracias a las giras que hacían con el elenco del programa de Chespirito y no, necesariamente, por el rodaje de la serie. Sin embargo, en medio de estos tours, los fanáticos se la ponían difícil.
“Se robaban la ropa, se llevaban cosas (de los cuartos de los hoteles)”, comentó el intérprete de 71 años sobre aquellos años dorados en los que, además de la actuación, debió ejercer su otra profesión como médico ginecólogo.
“Me tocó trabajar donde los demás se divierten”, afirmó sobre su profesión, la cual pudo poner en pausa por completo cuando se subió a la ola de popularidad que produjo “El Chavo del 8” a lo largo de más de 20 años.
DEPRESIÓN POSCHAVO
Cuando “El Chavo del 8” llegó a su final, luego de 25 años al aire, Édgar Vivar manifestó que la noticia le chocó. “Confieso que yo sí me deprimí, sí me sentí”, dijo al respecto. Y no era para menos: sus personajes se volvieron entrañables para varias generaciones de televidentes.
Por ello, lo que más le impresionó fue la manera en que Roberto Gómez Bolaños le comunicó que no seguirían adelante con el programa. “Le hablé a Roberto y me dijo: ‘Sí, además ya es tiempo, necesitamos vacaciones’. Le dije: ‘Tienes razón, necesitamos vacaciones’”, manifestó.
De acuerdo con Vivar, el popular Chespirito “supo conocer muy bien a sus actores”, desde “sus capacidades” hasta sus “limitaciones”. “Por ejemplo, Ramón Valdés era un excelente cómico, chistosísimo”, aseveró. Y sobre su exjefe y compañero, señaló:
“Era un ser excepcional en muchos sentidos. Él nunca buscó la fama y yo siempre he dicho que la fama debe ser consecuencia de tu trabajo, no tu finalidad, en el momento en que tú buscas la fama estás perdido, lo que te sustenta es tu trabajo y lo que eres tú como individuo”.
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