Deja a Hiro en su reemplazo. Se despide y parte al aeropuerto. La única que sabe la razón de su partida es Fernanda.
“Hasta pronto si Dios quiere”, fueron las palabras que a modo de despedida dijo el mayordomo Peter al dejar la casa de Francesca Maldini y partir de viaje. Los motivos de su partida solo los conoce Fernanda de las Casas, quien le desea suerte. Isabella le pide que le envíe portales.
“Llegó la hora de los héroes”, dice el mayordomo al dejar la casa en que laboró por muchos años.
Mientras tanto Miguel Ignacio de las Casas y Anita Miller descubren que han sido estafados y que hasta la notaría en que se hicieron los trámites ya no existe. Anita llama al padre de Micky para pedirle dinero pero Michael, su ex marido que administra sus bienes, le dice por teléfono que no le dará un centavo.
“Estamos en la ruina, my dear” le dice Anita a su fiel Queta quien no puede creer lo que le está diciendo su jefa que acaba de casar hace unas pocas horas antes. “Nos estafaron Queta”, le comenta. “Mi esposo tendrá que saber cómo salir”, le dice a Miguel Ignacio que piensa: “Tengo que huir. Esta mujer sin una libra esterlina no me sirve de nada”. “¿Vamos a salir de esto my dear?”, dice Anita. “Ese vamos a salir de esto me parece mucha gente”, vuelve a pensar Nachito.
“¿Seguro que no quiere sus pastillas?”, pregunta Queta. “No, Miguel Ignacio es mi mejor medicina. Si no estuviera con él estaría corriendo desnuda por una carretera.
Miguel Ignacio pregunta si Anita tiene una copia del poder que le firmó a su exmarido Michael. Queta lo encuentra y se lo da a Miguel Ignacio que se queda pasmado. “Con este papel que firmaste, tu ex marido se queda con todo”, exclama. “Es que yo nunca he sido muy buena para los negocios”, señala Anita. “¡Cómo te fuiste a meter con Mabel Wilson que es una estafadora conocida!”, grita Miguel Ignacio mientras Anita empieza a divagar y su marido piensa “Tengo que deshacerme de la loca”. Luego llega la noticia que la agencia de viaje cancela su viaja Indonesia.
“Felizmente te tengo a ti”, dice Anita. “Y ahora qué va a ser de mí”, piensa un aterrado Nachito.
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