La tularemia, transmitida por garrapatas y moscas, puede ser mortal si no se trata. Afecta principalmente a conejos, pero puede contagiar a humanos.
Un alarmante aumento de casos de tularemia, conocida como “fiebre del conejo” ha encendido las alertas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en EE.UU. Según un reciente informe, los diagnósticos han subido un 56% entre 2011 y 2022, en comparación con la década anterior.
¿Qué es la tularemia?
Causada por la bacteria Francisella tularensis, esta enfermedad afecta principalmente a conejos, liebres y roedores, pero puede transmitirse a humanos a través de picaduras de garrapatas o moscas, contacto con animales infectados o agua contaminada.
Los síntomas incluyen fiebre, fatiga, dolor muscular, vómitos y, en casos severos, infecciones pulmonares o en el torrente sanguíneo. Aunque rara, la tularemia puede ser mortal si no se trata con antibióticos, alcanzando una tasa de mortalidad del 24% en casos graves.
Niños de 5 a 9 años, hombres mayores, comunidades indígenas y residentes del centro de EE.UU. son los más vulnerables. La CDC destaca que actividades como la caza o el manejo de animales silvestres aumentan la exposición.
Aunque no existe una vacuna, las autoridades recomiendan estar alerta ante cualquier síntoma sospechoso tras contacto con garrapatas o conejos. La tularemia, si se detecta a tiempo, responde bien a los tratamientos con antibióticos.
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