Aunque muchos creen que se trata de una decisión económica, Apple enfrenta un obstáculo más complejo, técnico y difícil de resolver que impide el regreso de la fabricación a EE.UU.
Aunque el expresidente Donald Trump promovió con firmeza el regreso de la producción tecnológica a Estados Unidos, la posibilidad de fabricar el iPhone en territorio estadounidense sigue siendo poco realista. El objetivo de reducir la dependencia de China en sectores estratégicos como la electrónica enfrenta obstáculos técnicos más allá de las decisiones políticas o financieras.
Apple ha invertido cientos de miles de millones en suelo norteamericano, demostrando su compromiso con la economía local. Sin embargo, expertos coinciden en que la capacidad técnica e industrial necesaria para ensamblar un iPhone sigue estando concentrada en Asia. Incluso con aranceles que podrían superar el 100% para productos chinos, trasladar la producción masiva de este dispositivo a EE.UU. no es viable a corto plazo.
Tim Cook, CEO de Apple, ha señalado en reiteradas ocasiones que el reto no está en los costos, sino en la falta de infraestructura especializada que permita replicar la escala y eficiencia que hoy ofrece el ecosistema chino.
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Apple mantiene su producción fuera de EE.UU. por falta de mano de obra especializada
Aunque muchos se preguntan por qué Apple no traslada la producción del iPhone a Estados Unidos, la respuesta no está en los costos, sino en la disponibilidad de talento técnico. Según declaraciones pasadas de Tim Cook, director ejecutivo de la compañía, China ofrece una fuerza laboral especializada que Estados Unidos aún no puede igualar en volumen ni preparación.
El ecosistema industrial chino permite movilizar, de forma casi inmediata, a miles de técnicos, ingenieros y operarios capacitados, algo que —según Cook— no es posible replicar en territorio estadounidense. Steve Jobs, cofundador de Apple, ya había expresado esa preocupación durante una reunión con Barack Obama, subrayando la escasez de trabajadores calificados en EE.UU.
Si bien la automatización se perfila como una posible solución para el futuro, hoy fabricar un iPhone en suelo norteamericano no es viable ni económicamente ni en términos de escala. Por ahora, Apple continuará ensamblando su dispositivo más emblemático donde encuentra el recurso humano necesario: En Asia.
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