Dos años después de la masacre en Chicago, se descubrió que los supuestos policías eran criminales disfrazados. Conoce aquí toda la historia detrás.
En 1929, en la mañana de San Valentín, se suscitó una balacera que cobró la vida de siete personas en un taller de carros de Chicago. La “Matanza de San Valentín”, como se le conoce, estuvo ligada al final de Al Capone y la Ley Seca de Estados Unidos.
Reportes indican que el día del ataque, siete hombres que se encontraban en el taller eran allegados a la organización de los Hermanos Moran, que surtía licor en la zona norte de Chicago. Al taller entró un supuesto grupo de policías, quienes descargaron sus ametralladoras contra los hombres. Al arribo de las autoridades, un hombre quedaba vivo y entre murmullos dijo que habían sido los policías.
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Detalles de la masacre
Los que predicaban que el alcohol traía atraso y pobreza, no imaginaron lo que ocurriría el jueves 14 de febrero de 1929, Día de San Valentín. A mitad de la mañana siete integrantes de la North Side Gang, una banda de raíces irlandesas liderada por Bugs Moran, acudieron a un almacén situado en el 2122 de la calle North Clark, en el barrio Lincoln Park.
Ellos debían esperar un embarque de whisky canadiense proveniente de Detroit. Lo que ignoraban era que todo era un engaño de un miembro de la banda de Al Capone, que había mandado pasar el dato el día anterior.
Los que aguardaban dentro del garage de la SMC Cartage Company eran James Clark, cuñado y mano derecha de Moran, Adam Heyer, John May, A. Weinshank, los hermanos Frank y Peter Gusenberg y Robert Schwimmer.
Les habrá parecido extraño cuando llegó una patrulla policial y un auto particular. El día anterior habían pagado la cuota mensual a la fuerza para poder trabajar con tranquilidad. Bugs Moran, que se había quedado dormido en la habitación que ocupaba en el Parkway Hotel, llegó tarde y vio a los policías de lejos.
Los vecinos vieron salir a los hombres de civil desarmados y con las manos en alto, seguidos por los policías que los apuntaban, simulando un arresto. Todos fueron puestos contra una pared. Fueron registrados y colocaron sus manos a sus espaldas, esperando ser esposados. Entonces las tres personas vestidas de policías y los dos hombres de civil los acribillaron usando ametralladoras, escopetas y pistolas calibre 45.
Todas las miradas apuntaron hacia Capone, quien se defendió diciendo que estaba en Miami. A Moran se le escuchó comentar que lo que había ocurrido en el garage era su estilo. No bstante, nadie pudo ser acusado de este crimen, Al Capone eludió dos llamados de la justicia, pretextando que estaba enfermo.
Recién en octubre de 1931 fue condenado a pagar U$D 80 mil y a purgar una condena de 11 años de prisión por el delito de evasión fiscal.
Créditos: YouTube | @HistoryLA
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