Se indica que a partir de la implementación de la Unidad de cuidados Intensivos hace 10 años, la mortalidad por cesárea disminuyó de manera importante.
El 43 por ciento de los 16 mil partos anuales que son atendidos en el Instituto Nacional Materno Perinatal (INMP) corresponden a cesáreas que fueron referidas desde las distintas regiones del país debido su alta complejidad, indicó Carlos Olivos Rengifo, director de Atención en Ginecología y Obstetricia del INMP.
Al ser un centro médico de referencia nacional nos son enviados casos con una serie de complicaciones, lo que explica el alto índice de cesáreas, precisó tras señalar que “el promedio de cesáreas es alto, aunque en años anteriores hemos estado en aproximadamente 50 por ciento”.
Los diagnósticos para recurrir a la cesárea son en su mayoría por preeclampsia severa (complicación médica del embarazo), hemorragias, sufrimiento fetal, parto prematuro, cesáreas anteriores y distocia del parto (por mala presentación del bebe, por mala pelvis, fallas de las contracciones del útero).
El especialista descartó que exista el diagnóstico de cesárea de solicitud. Si bien esta operación tiene riesgos de infección, hemorragia y otras complicaciones, lo más peligroso es que muchas veces las mujeres que son operadas tienen que ser reintervenidas para salvarles la vida, subrayó.
“Hay mujeres que llegan en un estado de salud tan malo a las que se reinterviene hasta cinco o seis veces. Cuando eso ocurre hay que tener un banco de sangre bien abastecido que pueda surtir las unidades de sangre necesarias”, dijo. “Hay ocasiones en que se necesita 40, 60, 80 y hasta 150 transfusiones”, agregó.
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