Los consumidores de comida rápida tienen más riesgo de padecer depresión, según un estudio de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de la Universidad de Navarra.
El consumo de comida rápida está vinculado con el riesgo de sufrir estados depresivos, revela un estudio liderado por científicos de dos universidades españolas. El trabajo se ha publicado en la revista Public Health Nutrition.
"Cuanta más comida rápida se consume, mayor es el riesgo de depresión", lo que indica no solo una vinculación cualitativa sino también cuantitativa, señaló la autora del estudio, Almudena Sánchez-Villegas, a la agencia de noticias científicas SINC.
Según los datos manejados por los científicos, quienes consumen comida rápida presentan un incremento del riesgo de desarrollar depresión del 51% mayor respecto a aquellos que no se alimentan de este tipo de comida.
Dos han sido los estudios que han certificado este vínculo. En un primer análisis publicado el pasado año en la revista PLoS One se analizaron 12.059 personas durante seis años, cuantificándose un incremento del riesgo de depresión del 42%.
En este nuevo trabajo realizado sobre 8.964 personas que nunca habían tenido depresión, dentro del proyecto de Seguimiento Universidad de Navarra, los resultados han sido todavía más extremos.
Como apuntan los resultados entre todos los participantes en el análisis, al cabo de una media de seis años, 493 fueron diagnosticados de depresión o comenzaron a tomar antidepresivos.
Según el análisis, quienes ingerían más este tipo de comida son más propensos a estar solteros, ser menos activos y tener un "patrón dietético peor" apuntan desde SINC. Además, según los investigadores, el consumo de tabaco y el mayor volumen de trabajo eran otras características destacadas de las personas que consumían más comida de este tipo.
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