Es la primera vez que se usan pruebas de sangre basadas en el genoma, para identificar los niveles tumorales después de una terapia.
Científicos estadounidenses usaron datos del genoma de pacientes de cáncer en análisis de sangre que podrían ayudar a los médicos a concebir tratamientos individuales, reveló un estudio difundido hoy por la revista Science Translational Medicine.
Científicos del Centro Oncológico Kimmel de la Universidad Johns Hopkins aseguraron que es la primera vez que se usan pruebas de sangre basadas en el genoma para observar los niveles tumorales después de una terapia y determinar una posible recaída.
"Creemos es una de las primeras aplicaciones de las nuevas tecnologías de secuencia del genoma que podrían ser útiles para los pacientes de cáncer", dijo Victor Velculescuy, profesor de oncología del Programa de Biología del Cáncer de Johns Hopkins.
Según el informe, el control de las células cancerígenas exige la capacidad de observar tumores residuales y recurrentes para establecer si el tratamiento funciona.
Añade que mediante el nuevo sistema basado en los cambios del ADN vinculados al cáncer, llamado PARE, proporciona una forma específica y altamente precisa de observarlos.
El informe indicó que los científicos de Johns Hopkins y de la Corporación de Tecnologías Biológicas identificaron mediante PARE las secuencias modificadas del ADN en cuatro tumores colorrectales y dos de mama.
Según manifestó el informe, debido a que esas secuencias modificadas no se presentan en un ADN normal, los científicos pudieron crear biomarcadores personalizados basados en esas consecuencias.
"PARE usa características genéticas únicas del tumor para observar el alcance de la enfermedad. Al aprovechar estas modificaciones específicas en el tumor del paciente, hemos desarrollado una forma personalizada de detectar el cáncer residual", indicó Rebecca Leary, coautora del estudio.
"Cuando PARE sea asequible, constituirá una importante ayuda para que los médicos puedan concebir la atención del paciente", agregó.
EFE
Científicos del Centro Oncológico Kimmel de la Universidad Johns Hopkins aseguraron que es la primera vez que se usan pruebas de sangre basadas en el genoma para observar los niveles tumorales después de una terapia y determinar una posible recaída.
"Creemos es una de las primeras aplicaciones de las nuevas tecnologías de secuencia del genoma que podrían ser útiles para los pacientes de cáncer", dijo Victor Velculescuy, profesor de oncología del Programa de Biología del Cáncer de Johns Hopkins.
Según el informe, el control de las células cancerígenas exige la capacidad de observar tumores residuales y recurrentes para establecer si el tratamiento funciona.
Añade que mediante el nuevo sistema basado en los cambios del ADN vinculados al cáncer, llamado PARE, proporciona una forma específica y altamente precisa de observarlos.
El informe indicó que los científicos de Johns Hopkins y de la Corporación de Tecnologías Biológicas identificaron mediante PARE las secuencias modificadas del ADN en cuatro tumores colorrectales y dos de mama.
Según manifestó el informe, debido a que esas secuencias modificadas no se presentan en un ADN normal, los científicos pudieron crear biomarcadores personalizados basados en esas consecuencias.
"PARE usa características genéticas únicas del tumor para observar el alcance de la enfermedad. Al aprovechar estas modificaciones específicas en el tumor del paciente, hemos desarrollado una forma personalizada de detectar el cáncer residual", indicó Rebecca Leary, coautora del estudio.
"Cuando PARE sea asequible, constituirá una importante ayuda para que los médicos puedan concebir la atención del paciente", agregó.
EFE
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