La mujer afronta una acusación por perturbar la paz de los muertos, un delito castigado con hasta dos años de cárcel en la legislación sueca.
El tribunal de Gotemburgo (Suecia) comenzó hoy el juicio contra una mujer sueca de 37 años a la que se acusa de comprar y vender partes de esqueletos humanos y de usarlos para juegos sexuales.
La mujer afronta una acusación por perturbar la paz de los muertos, un delito castigado con hasta dos años de cárcel en la legislación sueca.
En el momento de su detención, hace dos meses, la Policía encontró en su apartamento en Gotemburgo varios cráneos y otros restos de esqueletos humanos.
Las pruebas incluyen también fotos de la mujer con los restos, algunas en su cama o posando con un osito panda y una bandera de la extinta Unión Soviética.
Además descubrieron una intervención en un foro en Internet en el que anuncia que abrirá una página web con fotos pornográficas "con hermosos hombres y mujeres muertos".
En el ordenador de la acusada se encontró también una larga confesión escrita con el título "Mi necrofilia", en la que afirma ser necrófila desde la niñez y que esos sentimientos adquirieron un carácter sexual en la pubertad.
En la apertura del juicio, la mujer negó hoy de nuevo a través de su abogada todas las acusaciones y resaltó que su afición por los esqueletos obedece a un interés histórico y que no los ha tratado de forma vejatoria.
Según un examen psiquiátrico preliminar, la acusada no padece ningún trastorno mental grave.
La mujer, que permanece en prisión preventiva desde su arresto en septiembre, nunca ha ejercido una actividad profesional y vive de la ayuda de los servicios sociales.
EFE
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