Son productos comestibles listos para el consumo, conservan la identidad nutricional del alimento y pueden ser incluidos en una dieta saludable.

VEGETALES CONGELADOS. Son una buena alternativa porque conservan sus propiedades nutricionales (fibra, vitamina C, potasio), pero van perdiendo líquido y pueden disminuir algunas vitaminas. Por ejemplo, las alverjitas, las zanahorias, las vainitas, el brócoli, los champiñones o la betarraga. "Algunos componentes que no son nutrientes, como el ser antioxidante, podrían inactivarse", señala la nutricionista Sara Abu Sabbah. Fuente: Getty Images

QUESO. Si se procesa industrialmente, habrá aditivos alimentarios que ayudan en la conservación, el color, la forma, el sabor y la textura. "Mientras menos aditivos tenga el producto, es más conveniente, pero también son necesarios para conservar la inocuidad", dice Abu Sabbah.Fuente: Getty Images

LEGUMBRES DE LATA. Mantienen nutrientes como la fibra, proteínas, potasio o calcio, pero al ser ricas en sodio (sal), no son convenientes para las personas con presión alta. "Es una muy buena alternativa eventualmente, pero no es comparable con las legumbres frescas", anota Abu Sabbah.Fuente: Getty Images

CONSERVAS DE PESCADO. Mantienen los nutrientes de la carne, pero tienen más sodio (aditivo alimentario para la conservación). “Hay muchos lugares del país que no tienen acceso al pescado fresco, así que el enlatado es una alternativa, siempre que haya pasado por todos los controles de calidad”, señala Abu Sabbah. Fuente: Getty Images

ALGAS DESHIDRATADAS. No llevan añadidos alimentarios y solo pasan por un proceso de deshidratación. Debido a que conservan muchos de sus nutrientes, pueden enriquecer ensaladas, batidos, sopas o batidos.Fuente: Getty Images

PESCADOS Y MARISCOS CONGELADOS. El congelamiento es el único procesamiento y se revierte en cuestión de minutos. Ofrecen proteínas y hierro. Fuente: Getty Images

YOGUR NATURAL. Pasa por un proceso de fermentación, obtenida mediante la adición de microorganismos vivientes al alimento. No lleva endulzantes añadidos y proporciona proteínas, calcio, vitamina D y grasas en menor medida. Fuente: Getty Images

ENSALADAS ENVASADAS. Son mínimamente procesadas porque contienen vegetales lavados y secados. Para el consumo de nuevo deben ser enjuagados. Fuente: Getty Images
Una alimentación variada, es decir, que incorpore diversos tipos de nutrientes, es el consejo que dan los profesionales de nutrición. Aquellos que son procesados o mínimamente procesados también pueden ser incluidos en la dieta, pero hay que romper algunos prejuicios con relación a ellos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a los alimentos procesados, como los productos comestibles listos para el consumo, y aunque conservan la identidad básica del insumo, su naturaleza ha sido modificada.
"Se refieren a aquellos productos alterados por la adición o introducción de sustancias (sal, azúcar, aceite, preservantes y/o aditivos) que cambian la naturaleza de los alimentos originales, con el fin de prolongar su duración, hacerlos más agradables o atractivos", precisa un documento del máximo ente sanitario.
Asimismo, están los alimentos mínimamente procesados, es decir, aquellos a los que no se les agrega o introduce ninguna sustancia externa. "Usualmente se sustrae partes mínimas del alimento, pero sin cambiar significativamente su naturaleza o su uso. Estos procesos incluyen: limpiar, lavar, pasteurizar, descascarar, descamar, pelar, deshuesar, rebanar, filetear, secar, descremar, esterilizar, refrigerar, congelar, sellar, envolver y envasar al vacío", señala la OMS.
Tenemos, por ejemplo, las verduras congeladas, las legumbres enlatadas, los mariscos congelados, las conservas de pescado en aceite o en agua y sal, las algas deshidratadas, el queso fresco al que se le añade sal y el yogurt natural.
A diferencia de los productos altamente procesados, que contienen poco o ningún alimento natural, aquellos que están sometidos a procesos mínimos puedes considerarlos en tu dieta.
"Los alimentos que ya vienen empacados, que son procesados, y mantienen su calidad nutricional, tienen ventajas. Los enlatados, por ejemplo, tienen un tiempo de vida útil mayor, se aprovechan los nutrientes y se pueden trasladar con facilidad si se va de campamento o ante una situación de desastre natural. Y si no tienes el tiempo de preparar el alimento (cortar, pelar, lavar, cocción), estos son una buena alternativa", señala la nutricionista Sara Abu Sabbah.
Pueden ser consumidos como parte de las comidas o como snacks. Sin embargo -dice la especialista- siempre es mejor orientarnos hacia los alimentos naturales, siempre que sean manipulados en las mejores condiciones de higiene.
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